Woody Allen: 10 películas clave en vídeo
De 'Toma el dinero y corre' a 'Midnight in Paris', un repaso en vídeo a lo mejor de la carrera del director neoyorquino que este 1 de diciembre cumple 80 años
La carrera de Woody Allen –que se acerca al medio centenar de largometrajes de ficción- está repleta de buenos títulos, grandes películas y un puñado de obras maestras. Hoy son estas diez, pero mañana (día por cierto de su cumpleaños) podrían ser otras, porque el neoyorquino lleva haciendo buen cine desde que debutó en 1966 con What’s up, Tiger Lily?, una película japonesa que dobló cambiando todos los diálogos y, por lo tanto, la trama.
Toma el dinero y corre (1969). Su primer largo de ficción (estuvo a punto de dirigirlo Jerry Lewis) en el sentido académico. La vida de Virgil Starkwell, un ladrón inútil desde su infancia –la secuencia en la que huye de niño con la máquina de chicles es antológica-, es considerada el primer mockumentary (documental ficticio) de la historia del cine. Por cierto, la fecha de nacimiento de Virgil (al que da vida Allen) es la misma que la del cineasta en la realidad: 1 de diciembre de 1935.
Annie Hall (1977). Un comediante neurótico y pesimista se enamora de una chica muy especial, cantante y fotógrafa. Ahora bien, la relación no es un camino de rosas. Allen, en su personaje, mira a veces a cámara y habla con el público. Supuso el debut en el cine de Sigourney Weaver. Y hace 15 días el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos eligió su guion como el más divertido de la historia. Se llevó cuatro oscars.
Manhattan (1979). Amores y desamores de un guionista de televisión. Una de las cimas de la carrera de Allen (y de sus mayores taquillazos), y eso que tras el rodaje pensó había filmado un truño. Uno de los posters más famosos de la historia (en realidad nunca hubo un banco en ese sitio). A Allen la inspiración le llegó oyendo Rhapsody in blue, de George Gershwin. Gordon Willis, uno de los más grandes directores de fotografía de la historia, bordó su blanco y negro en un canto de amor a Nueva York.
Zelig (1983). Otro espectacular mockumentary, en esta ocasión protagonizado por un hombre que muta para parecerse a quienes le rodean. Una de sus películas que más le costó acabar por sus complejidades técnicas para aparentar la antigüedad del metraje. Además, en su primer montaje, solo duraba 45 minutos y Allen tuvo que rellenar. Finalmente fue otro taquillazo.
Hannah y sus hermanas (1985). Entre dos Acción de Gracias, el marido de Hannah se enamora de su hermana Lee, mientras su hipocondríaco exmarido reaviva su relación con su hermana Holly. Ahí queda ese arranque, repleto de retorcimiento y misterio. Woody Allen asegura que su relectura de Ana Karenina le inspiró tamaño guion (cuya estructura en realidad se basa en Fanny y Alexander), un éxito en taquilla que no igualó hasta Match Point. De siete candidaturas a los Oscar, logró tres estatuillas.
Delitos y faltas (1989). El Crimen y castigo de Allen, una de sus películas más salvajes en su aspecto moral, e iniciadora de un subgénero en su carrera: el de los protagonistas que cometen delitos y penan (o no) por ello. Para muchos críticos, su mejor trabajo.
Misterioso asesinato en Manhattan (1993). Un matrimonio de mediana edad sospecha un buen día que su vecina ha sido asesinada y no ha muerto de manera fortuita. Es una de las películas favoritas de Allen, un vodevil en el mejor sentido de la palabra y la que rodó tras el escándalo que rodeó su emparejamiento con Soon-Yi Previn, que ocurrió en el rodaje de la precedente Maridos y mujeres.
Acordes y desacuerdos (1999). Una película muy extraña en la carrera del neoyorquino, que se marca un homenaje muy especial en recuerdo al mítico guitarrista Django Reinhardt. Inspirada en La Strada, de su amado Federico Fellini. Samantha Morton fue candidata al Oscar a actriz secundaria, sin pronunciar una sola palabra en la película.
Match point (2005). La primera de sus películas con Scarlett Johansson, este drama –su primer trabajo en Reino Unido- recupera el espíritu de Crimen y castigo. Es el filme más largo de Allen, sobrepasa las dos horas, su favorito, y una aguda reflexión sobre los pequeños giros que implican grandes cambios en la vida. Su trama recuerda mucho a la de Un lugar en el sol.
Midnight in Paris (2011). Demostración de la gran cultura de Allen, capaz de retratar personajes históricos (el protagonista viaja todas las noches al pasado, a los locos años 20 en París) en dos pinceladas. Es uno de los mejores entretenimientos de Woody Allen, y la primera vez que una de sus películas sobrepasó los 100 millones de dólares en la taquilla mundial.
Babelia
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