El viejo sueño de las artes marciales
El taiwanés Hou Hsiao-hsien estrena 'The assassin', una película 'wuxia' basada en los relatos que leía en la Universidad
Es un sueño que arrastraba desde su juventud. "En mi época universitaria leía muchos relatos cortos que se desarrollaban durante la dinastía Tang [años 618-907 del calendario occidental], y en ese género literario hay personajes interesantes y cosas extrañas. Así que al graduarme, tenía muchas ganas de hacer una película sobre este tema. Ahora bien, para levantar una producción hay que asegurarse actores buenos, financiación... Y hasta hoy". Hou Hsiao-hsien (Guandong, 1947), cabecilla de la Nueva Ola taiwanesa en la que estaban nombres como Edward Yang, ha tenido una carrera larga, próspera, en la que ha obtenido todo tipo de parabienes. Los festivales adoran sus planos secuencias, y hoy es imposible entender el cine asiático sin el cine de Hou, de quien solo se han estrenado en España El maestro de marionetas, Millennium Mambo, Tiempos de amor, juventud y libertad y El vuelo del globo rojo. "Pero siempre me quedaron las ganas de esa película del género wuxia", comenta Hou en una entrevista realizada durante el festival de San Sebastián. Entre la falta de financiación ("La industria de mi país casi no deja espacio a creadores como yo", y que en estos últimos años se ha dedicado a otras labores, A Hou le costado sacar adelante The assassin, pero el resultado -que recibió el premio a la mejor dirección en el festival de Cannes- le ha merecido la pena.
Hou nació en la China continental y su familia se mudó en 1949, cuando él tenía dos años, a Taiwán. Criado de niño entre mujeres, reconvertido en pandillero en su adolescencia, en su cine no habían entrado hasta ahora las espadas y las artes marciales. Hasta ahora. Sin embargo, no ha renunciado a su estilo, a sus endiablados -para los actores- planos secuencia: "No me gusta pegar la cámara a los actores, como no me gusta estar diciéndoles todo el rato qué hacer. Hay que dejar espacio y tiempo para que se desarrolle", dice, constipado, entre toses. "¿Es importante el contexto histórico? Para mí sí, he cuidado mucho los decorados. Y las secuencias de pelea me las llevé a la naturaleza porque durante la dinastía Tang seguro que no había muchos edificios". Pero para un occidental puede que sean prioritarios los sentimientos más que el trasfondo. El director se echa a reír: "Puede, aunque no escribo para ustedes. Sé que para ustedes es complicado seguir la historia de una época tan remota".
Efectivamente, The assassin vive más en el lado emocional que en el narrativo del corazón de un cinéfilo occidental. Eso sí, Hou utiliza un arma de destrucción sentimental: su actriz Qi Shu, un descubrimiento suyo, que ya ha labrado su propia carrera. "El reparto ha sido el que yo quería, el soñado. Son gente tan buena en la interpretación como como estupendos en la vida real. Y me gusta el carácter de Qi Shu, que con la edad se está haciendo solitaria".
El wuxia es un género popularísimo en la literatura china. Siempre ha habido películas wuxia, pero baratas, de consumo rápido. Hasta que Ang Lee dirigió Tigre y dragón y todos los creadores de nivel se lanzaron también a ello. Y en la pantalla es un género paritario, con muchos personajes femeninos. "Yo siempre he estado en el lado de las mujeres, son más interesantes que los hombres. Sus sentimientos son más complejos, sus relaciones, también", cuenta Hou, cuya carrera cambió el día en que conoció a su coguionista, Chu Tie-wen. "Es cierto que ella me reorientó, aunque la huella femenina viene de mi infancia". De ahí que en The assassin los principales personajes son femeninos. "Es difícil que cambie mi concepto de ellas"
Babelia
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