Las cantaoras se arrancan por Luz Casal
EL PAÍS trae el libro-disco 'Una Luz flamenca'. Los temas míticos de la gallega interpretados por 11 artistas del cante jondo
Cuenta el productor Javier Limón que, para las cantaoras, Luz Casal es una flamenca que interpreta rock y boleros por el mundo. La admiración es mutua, ya que la cantante siempre ha sentido un profundo respeto por el flamenco, al que considera la esencia. Fruto de esa química entre unas y otra nació Una Luz flamenca, un disco-libro en el que cantaoras de varias generaciones revisitan las canciones de la gallega para rendirle homenaje. Y robarle una canción a Luz Casal no es nada fácil.
Quizá lo esperable hubiera sido escoger los temas más compatibles con el género, cambiar los ritmos y adaptarlos a cada intérprete para separarlos al máximo de su versión original, pero Limón tomó las riendas y decidió acercarse al flamenco sin alejarse de Luz. Prueba de ello es el minimalismo que impregna el disco: guitarras, piano, percusión y bajo son más que suficientes para acompañar las voces de once mujeres que afrontan el proyecto con una profunda delicadeza y mucho sentimiento.
Entre el repertorio, una mayoría de baladas, algún bolero y hasta un tema rock. Carmen Linares y su hija Lucía Espín comparten a dúo Entre mis recuerdos, el tema que Luz dedicó a su padre, y lo hacen por bulerías, muy cálido y sentido. Montse Cortés aborda Piensa en mí en clave cubana, arañando con su voz y su rajo flamenco. Mariángeles Fernández se encarga de uno de los boleros más interpretados del mundo, Historia de un amor, desnudándolo para que su voz brille y duela sobre el piano, antes de la guitarra de su hermano José. Y el rock rápido de Loca lo encara María Toledo, en una versión intensa, empujada por el piano, la percusión y las palmas, atreviéndose con un breve cante jondo y un a capella antes de terminar muy arriba.
El libro-disco, este domingo con EL PAÍS
EL PAÍS trae en exclusiva el libro-CD inédito Una Luz flamenca. Un recorrido por las canciones más míticas de Luz Casal interpretadas por las grandes cantaoras. El libro-disco incluye textos de Amelia Castilla, redactora jefa de El País Semanal y del productor Javier Limón. Además, contiene fotografías y una guía de escucha de cada tema de Fermín Lobatón.
En el ecuador, La Shica llora y rabia en Te dejé marchar, y Soleá Morente transforma la melancólica Lo eres todo en una versión mucho más arabesca, que arranca con calma para llegar a un lugar más vivo, más flamenco, más Morente. Y entonces llega Martirio, que no le teme a nada, con una intensa Negra sombra, seguida de la maravillosa versión de Esperanza Fernández de Mi confianza, casi jazz, cantando lento y concediéndose alguna licencia flamenca justo a mitad del tema.
En la recta final, Rocío Márquez tiembla y dulcifica Sentir, con ecos que recuerdan a Serrat, y Genara Cortés, voz gitana, cierra con No me importa nada, una de las menos contenidas del disco. Con dulzura, con garra, con cuidado, con sentimiento. Si de esencia y pasión se trataba, entre todas lo han conseguido.
Babelia
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