Allen Toussaint, la última entrevista
El músico recibió a EL PAIS unas horas antes de su concierto en Bilbao
Quedaban pocas leyendas vivientes en la música popular, o pocas, al menos, de la talla de Allen Toussaint. No sólo por su metro ochenta y siete –que lucía imponente con 77 años que parecían poco más de 60– sino porque Toussaint era responsable del sonido de más álbumes de los que crees, y era autor de más canciones que te gustan de las que imaginas. Su carrera comenzó a finales de los 50, tocando y componiendo para artistas como Irma Thomas o Benny Spellman, y enseguida comenzó a producir también. Firmó muchos de aquellos éxitos con el nombre de soltera de su madre para sortear temas legales a la hora de publicar con diferentes compañías, “lo cual fue divertido porque, pasado un tiempo, había gente que hablaba de canciones que sonaban a Naomi Neville”. Más allá de la anécdota, todo el mundo en el negocio sabe quién era Allen Toussaint. Antes de cumplir los 30, ya habían grabado versiones de temas suyos nombres como Otis Redding, The Yardbirds o The Rolling Stones, y su perfil de mago de la pluma y el estudio quedó más que asentado, convirtiéndole en uno de los principales iconos de la tradición de Nueva Orleans. Sin embargo, escucharle en directo, como esta semana en algunas ciudades de nuestro país, no era tan fácil hasta hace unos años: “viajar es relativamente nuevo para mí; antes del Katrina mi vida consistía en estar en mi estudio grabando a músicos que venían de todo el mundo. Esa era mi vocación: escribir, arreglar y producir para otros artistas. Tras el Katrina se impuso la ley marcial y nos vimos forzados a irnos de Nueva Orleans durante un tiempo, así que me fui a Nueva York y empecé a tocar en algunos conciertos benéficos y a colaborar con otros artistas. Tocar en directo y girar fue una consecuencia de esa situación, para mí, excepcional, así que podría decirse que si no fuese por el Katrina yo no estaría en España hoy, porque nunca hubiera empezado a tocar en directo ni a hacer giras. Pero me alegro, porque he descubierto una faceta muy satisfactoria”.
En aquellos conciertos benéficos es precisamente en los que Toussaint coincidió sobre el escenario con Elvis Costello en varias ocasiones, un encuentro que evolucionó hasta convertirse en la primer gran disco grabado en la Nueva Orleans post-Katrina, el estupendo The River in Reverse, que también supuso una especie de renacimiento para ambos artistas. Sin embargo, siendo Toussaint uno de los más grandes productores de la música norteamericana, y el más representativo de los sonidos de Nueva Orleans, pusieron el disco en manos de Joe Henry, un productor fascinante, pero muy diferente a Toussaint: “Elvis y yo estábamos de acuerdo en que él era el adecuado para producir el álbum y me alegro mucho de esa decisión, porque Joe es capaz de escucharme de una manera en la que yo no consigo hacerlo; cuando empezamos a trabajar con él supimos que teníamos que seguir al pie de la letra su concepto, y fue un acierto”.
La confianza en Henry continuó en el, por el momento, último disco de estudio de Toussaint, Bright Mississippi, un álbum exquisito considerado por muchos como el mejor de su carrera solista. “Todo en ese disco es cosa de Joe Henry, desde la selección de canciones hasta la elección de los músicos que grabaron conmigo. Desde que decidí volver a trabajar con él le di carta blanca para que hiciese exactamente lo que quisiera, incluso indicarme qué es lo que yo tenía que hacer. Y me alegro, porque ponerme en sus manos fue clave para sacar una parte de mí a la que yo nunca había prestado atención”.
Aunque disfrutaba de las giras, Toussaint volvió a estar plenamente instalado de nuevo en la ciudad a la que siempre estaba deseando volver, aunque todavía haya quien dice que, tras el Katrina, nunca volverá a ser lo mismo. “Eso no es cierto: Nueva Orleans ha vuelto y está mejor que nunca. Lo digo muy en serio. Hay asuntos de las que deberíamos habernos encargado hace años y, cuando llegó el Katrina, en cierta manera nos dijo “tenéis que hacer esto y tenéis que arreglar aquello”, y es lo que hemos hecho. Y los músicos también estamos de vuelta, tocando más que nunca y pasándolo de maravilla. Deberíais venir y comprobarlo”.
Babelia
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