Las chicas de la última fila
José Manuel Carrasco, autor y director, ha escrito un vigoroso retrato dramático de una generación joven
¡Qué buena pinta tiene Todo irá bien desde el minuto uno! El trazo vigoroso de los personajes, traídos limpiamente del natural y de un nicho social que puebla las ciudades pero escasea en los escenarios; el ritmo picado de los diálogos y la pertinencia de lo que en ellos se dice; la valoración de los silencios, sostenidos sin miedo alguno…, indican a las claras que la función va a hacer honor al título que José Manuel Carrasco le ha puesto. Su joven autor y director ha escrito un vigoroso retrato dramático, con luces cómicas, de esa porción enorme de una generación hispana que, al cumplir la treintena, tiene como único horizonte laboral probable el empleo peor remunerado del sector servicios.
Pilar, su protagonista, está instalada en la incertidumbre, valga el oxímoron: carece de familia, de pareja y, desde hoy (día de su cumpleaños), de empleo, porque el encargado del súper, con el que mantiene una relación sexual tórrida pero sin afecto, la acaba de poner en la calle, so pretexto de que el negocio va mal. Pese a todo (y más sola que la una), sale a celebrarlo y conoce a un chico, al que le propone relaciones sexuales, antes de caerse redonda, borracha y con sobredosis de lorazepam. Alrededor de Pilar, de su amiga Carmen (cartera que cuida de su hermano y de su padre, viudo); de Luis, el malhadado galán que la lleva a urgencias; de Miguel, el encargado (otro pobrecito, aunque con chapa de autoridad) y de las circunstancias netamente dramáticas que envuelven sus vidas, Carrasco hilvana una comedia inspirada, donde los caracteres y la práctica totalidad de las situaciones están admirablemente observados.
Todo irá bien
Autor y director: José Manuel Carrasco. Intérpretes: Laura Barceló, Pilar Bergés, Juan Dávila e Ignacio Mateos. Madrid. Teatro Lara, los sábados, hasta el 26 de diciembre.
La dirección del propio autor hace honor a su escritura ágil e incisiva y la interpretación del cuarteto protagonista tiene swing de vodevil. Laura Barceló impregna de ingenua humanidad a Carmen, la amiga abnegada, incapaz de quererse bien; el turbador Miguel de Juan Dávila tiene una violencia suburbial latente, pero domeñada por su necesidad de no salirse del carril que encontró a campo traviesa; Ignacio Mateos le imprime a Luis una ternura y una determinación veraces, con un sentido del humor en el que se entreveran los de Cipri Lodosa y Carlos Chamarro, y Pilar Bergés, sin que le tiemble el pulso y sin sacar a la protagonista de su eje, le hace dar giros emocionales de 180 grados.
Caudalosa y llena de rápidos en el nivel freático pero titilante en la superficie, Todo irá bien, comedia con carga de profundidad que está llenando con su tirón formidable la sala pequeña del Lara en horario matinal de nueva implantación, se redondearía del todo si su autor justificara más afinadamente la decisión postrera de Carmen. Poca pega esta para tan buen rato, pasado con fundamento.
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