El ‘San Pedro’ de Murillo ‘resucita’ en el Prado
La obra, propiedad de Abengoa, se expondrá en el museo hasta el 17 de enero Después, se instalará en Los venerables de Sevilla
Hace poco más de un año, la multinacional sevillana Abengoa adquirió a una familia londinense San Pedro Penitente, obra de madurez de Murillo, por 6 millones de euros. Legada por Justino de Neve al Hospital de los Venerables de Sevilla, fue confiscada por el mariscal Soult durante la Guerra de la Independencia y desde entonces había permanecido en manos privadas. La compra de Abengoa supuso la recuperación de una importante pintura para el patrimonio español. El estado de la tela, sin sufrir graves deterioros, sí impedía ver el fondo del cuadro y sus múltiples detalles debido a los repintes y barnices sufridos durante todo este tiempo. El paso por el taller de restauración del Museo del Prado ha devuelto al cuadro todo su contenido original de manera que por fin pueden apreciarse todos los recursos técnicos y estilísticos utilizados por el artista sevillano. La obra se encuentra ya expuesta en la sala 17 del edificio Villanueva junto a otras de ese mismo periodo, incluida La Inmaculada. A partir del 17 de enero, el cuadro viajará a Sevilla para ser instalada definitivamente en Los Venerables, la sede cultural de la Fundación Abengoa.
Miguel Zugaza, director del Prado, explicó que primer se recuperó esta importante pintura de Murillo y, ahora, sus calidades iniciales. “Fué localizada en Inglaterra”, recordó Zugaza, “en una operación en la que tuvo que ver el actual director de la National Gallery de Londres, Gabriele Finaldi [ex número dos del Prado]. Es una obra magnífica de Murillo hecha por encargo de uno de sus grandes mecenas, Justino de Neve, para el Hospital de los venerables donde volverá a partir de enero. Hay muy pocos murillos en el mercado y era muy importante recuperar este”.
María Alvarez, la restauradora responsable de dar nueva vida a este San Pedro Penitente aseguró que aunque la situación de partida no era dramática se ha conseguido recuperar su luz original de manera que los verdes, marrones y amarillos originales se aprecian mejor que nunca así como la forma en la que el artista se enfrentaba a su trabajo. “Ahora entendemos mejor su mensaje y comprendemos mejor como se comunicaba el autor a través de la materia pictórica”.
Babelia
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