El Cordobés sufre un traumatismo facial fuerte y probable fractura nasal
Enrique Ponce y Perera salen a hombros en la feria de la Virgen del Mar de Almería
El diestro Manuel Díaz El Cordobés sufrió una voltereta cuando llevaba a su primer toro al caballo, que le ha provocado un fuerte traumatismo facial y probable fractura nasal. Los hechos ocurrieron en el segundo festejo de la feria de San Sebastián de los Reyes, en el que El Fandi salió a hombros y Manuel Escribano se cerró la puerta grande por el mal manejo de la espada.
Con más de media entrada, se lidiaron toros de Carlos Charro, el segundo como sobrero, bien presentados y, salvo el manso y remiso segundo bis; el resto dio, en general, buen juego.
Manuel Díaz El Cordobés: cogido por su primero, al que lidió y mató El Fandi de estocada caída (oreja tras aviso). David Fandila El Fandi: estocada baja (oreja); y pinchazo y estocada caída y atravesada (oreja tras aviso), y Manuel Escribano: cuatro pinchazos y estocada (silencio); estocada desprendida y descabello (oreja tras aviso); y buena estocada y tres descabellos (ovación tras dos avisos).
La corrida de los mediáticos de 'Sanse' se saldó con una función de lo más entretenida, principalmente por el buen comportamiento de los toros salmantinos de Carlos Charro, los verdaderos mimbres del espectáculo, y que permitió el triunfo de El Fandi y casi también el de Manuel Escribano si no falla a espadas en el sexto.
Y eso que la tarde no empezó tan bien por la cogida que sufrió El Cordobés en su primero. El animal le sorprendió con una arrancada, propinándole un fuerte golpe en la cara, que lo dejó sin conocimiento en la arena. El parte médico indica que ‘sufre traumatismo facial que afecta a región frontal, nariz y boca. Probable fractura nasal con hemorragia profusa que se contiene. Presenta contusión frontal con dolor a la palpación en arco superciliar derecho. Contusión en maxilar posterior. Exploración neurológica en límites normales. Es trasladado al Hospital Infanta Sofía’.
El Fandi fue el encargado de lidiar el toro primero, de mucha calidad, con el que, tras un vibrante tercio de banderillas y un arrollador inicio de faena de hinojos, mostró su versión más templada en el toreo fundamental. SU variedad con el capote la mostró frente al tercero. Larga de rodillas, mecidos lances a la verónica y media de rodillas en el recibo, dieron paso a un galleo por chicuelinas y quite por navarras.
Con los palos no estuvo esta vez tan acertado, pero dio igual, la gente ya estaba rendida a los pies del Fandi, que entendió muy bien en la muleta a su oponente. La faena al quinto fue un compendio de las dos anteriores. Gustó mucho un quite por chicuelinas, aunque lo que volvió a poner la plaza en ebullición fue su magistral habilidad rehiletera.
El primero de Escribano fue devuelto a los corrales por su manifiesta falta de fuerzas. Al final fue peor el remedio que la enfermedad, ya que el sobrero que saltó al ruedo fue manso de solemnidad. El torero, que esta vez no quiso banderillear, se esforzó ante un astado que sólo quiso tablas, y al que fue imposible darle un muletazo. Al cuarto lo toreó con pulcritud por el pitón derecho en una faena de mucha disposición. El sexto fue otro toro de francas posibilidades, y así lo aprovechó Escribano para estructurar una labor de muy buen aire por los dos pitones, aunque se cerró la puerta grande al fallar con el descabello.
Ponce y Perera, a hombros en Almería
Los diestros Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera, con dos y tres orejas, respectivamente, salieron a hombros en el tercer festejo de la feria de Almería.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron tres toros -tercero, cuarto y quinto- de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación, blandos, sin raza ni clase; dos -primero y sexto- de Garcigrande, bien presentados, muy bueno el primero y manejable el otro; y uno -el segundo- de Domingo Hernández, que no se prestó al lucimiento.
Enrique Ponce: estocada (dos orejas), y pinchazo y estocada (gran ovación tras aviso). José María Manzanares: media y siete descabellos (silencio tras aviso), y estocada (palmas), y Miguel Ángel Perera: gran estocada (dos orejas), y estocada (aviso y oreja con fuerte petición de la segunda, y bronca al palco por denegarla).
Babelia
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