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Ultraortodoxos rusos destrozan varias esculturas por blasfemas

Visitantes de la muestra sobre artista silenciados por la URSS, como el vanguardista Vadím Sidúr, intentan salvar las obras

Vadím Sidúr, con sus esculturas, en una imagen de principios de los 80.
Vadím Sidúr, con sus esculturas, en una imagen de principios de los 80. EL PAÍS

Al menos cuatro esculturas han resultado seriamente dañadas en el ataque vandálico perpetrado por un grupo de ortodoxos rusos, del movimiento Voluntad de Dios, contra una exposición, inaugurada el pasado viernes en Moscú. "Varias esculturas están completamente destrozadas", manifestó Elena Karneyeva, portavoz del centro de arte Manezh, situado frente al Kremlin, donde ocurrieron los hechos. La mayor parte de las obras afectadas pertenece a Vadím Sidúr (1924-1986), escultor vanguardista, definido como el "Henry Moore" ruso, que sufrió el rechazo del régimen soviético por no plegarse a las consignas del realismo socialista y por su personalidad inconformista.

Los activistas ortodoxos atacaron la muestra por blasfema y por ofender los sentimientos religiosos. El líder del grupo Voluntad de Dios, Dimitri Tsoriónov, apodado Eneo, explicó a unos visitantes de la exposición, que intentaron detener el acto vandálico, que la exposición infringe la ley de la Federación Rusa sobre la protección de los sentimientos religiosos. “Los objetos expuestos están llenos de parodias sobre Cristo, la crucifixión, la Virgen, lo que contradice con la ley. Eso es intolerable, es una violación de la ley y ofende nuestros sentimientos, es una blasfemia. Queremos que la exposición sea cerrada”, dijo Eneo. El inicio del ataque y el cruce de palabras entre los ortodoxos y los visitantes fue recogido por un vídeo realizado, supuestamente, por los miembros del colectivo Voluntad de Dios.

Las esculturas destrozadas formaban parte de la exposición Esculturas que no vemos. Se trata de un estudio a gran escala del fenómeno del "inconformismo subterráneo" que existía en la Unión Soviética en paralelo con el arte oficial, según indican sus comisarios. En el Manezh se exhiben decenas de obras de Vadím Sidúr, Leoníd Berlin, Anatoly Slepyshev, Alexander Pozin, Vladímir Lemport y Nicolay Silis. Moscú cuenta ahora con un museo dedicado a Sidúr y sus creaciones se venden en casas internacionales de subastas como Sotheby's.

En el vídeo, Tsoriónov, vestido en negro, explica que en varios casos, Cristo está representado sin la venda y se ven los genitales, lo que puede ser valorado como pornografía.“Sabemos que la ley sobre la protección de los sentimientos religiosos no funciona, por eso estamos obligados a hacer lo que nos dice nuestra conciencia. No queremos violar la ley, pero la ley no nos protege”, añadió.

Los visitantes de la exposición intentaron calmar a los activistas ortodoxos y salvar las esculturas. “¿Que está haciendo? Ha destrozado esa pieza”, dice una mujer a una chica, miembro del grupo ortodoxo, que, exaltada, grita: “Es inaceptable pintar de tal manera a Cristo!” y tira al suelo una obra, que se rompe. Su interlocutora argumenta que como atea también tiene su derecho de ver las obras que representan otra visión de la historia de Cristo y que la conducta de los atacantes viola sus sentimientos de atea.

Los guardianes no intervinieron y permanecieron inactivos durante el acto de vandalismo, y sólo cuando llegó la policía se sacaron a los atacantes del lugar. Los mismos activistas ortodoxos fueron los que llamaron a la policía para denunciar la violación de la ley. Los atacantes fueron detenidos y, tras declarar, liberados.

El jefe del grupo de la Voluntad de Dios es un destacado activista ultraconservador. Cita valores ortodoxos, organiza e interviene en piquetes y protestas contra celebraciones sociales o artísticas, muchas veces con un equipo de cámaras de televisión detrás. Este año se intentó detener una manifestación del orgullo gay en Moscú.

La exposición fue cerrada el día del ataque, pero después la dirección del Manezh decidió reabrirla. “La exposición permanecerá abierta hasta el 6 de septiembre”, señalan en la página web de la sala.

Horas más tarde, varios representantes de la Iglesia Ortodoxa Rusa, comentando lo ocurrido, subrayaron que la ley es igual para todos y debe respetarse por ambas partes del conflicto. “No he visto la exposición, por lo cual me resulta difícil decir si los organizadores han violado la ley. Son los expertos los que deben evaluarlo, igualmente que deben evaluar la conducta del señor Tsoriónov y sus compañeros. La legislación rusa protege los sentimientos de los creyentes, y es precisamente por eso por lo que similares protestas deben realizarse en un marco legal”, indicó el portavoz del Patriarcado de Moscú, Vladímir Legoida.

Semejantes declaraciones hizo el jefe del departamento sinodal para la cooperación entre la Iglesia y la sociedad, Vsevolod Chaplin: “Todos deben cumplir la ley. Si Tsoriónov violó la ley, debe responder. Pero los que organizan tales exposiciones también deben cumplir la ley”.

Por su parte, el presidente del Consejo para los derechos humanos, Mijaíl Fedotov, condenó el acto de vandalismo y lo comparó con la actitud de los islamistas-fundamentalistas.

También contra Darwin

No es la primera vez que los miembros del movimiento Voluntad de Dios organizan ataques a lugares culturales de Moscú.

En marzo de 2013 los activistas atacaron el Museo de Darwin en Moscú, cantando versos de la Biblia. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra", entonaban mien tras tiraban folletos a los visitantes del museo sobre la “errónea” teoría de Darwin. Uno de los participantes subió al techo del edificio con una bandera blanca, en la que estaba escrito "7522", y comenzó a moverla. Luego colocó una pancarta que decía: "Dios creó el mundo."

A finales de octubre de 2013 los activistas del grupo ortodoxo trataron de perturbar la obra de teatro Un marido ideal, de Oscar Wilde, en el Teatro de Arte de Moscú, que la Iglesia Ortodoxa Rusa considera como blasfemia.

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