Soldados de la existencia
La película se convierte en un pequeño y guerrero relato de apariencia sencilla
En una escena de Les combattants, ópera prima de Thomas Cailley, un mando de un curso de instrucción para aspirantes a soldados en el ejército de Francia pregunta a sus alumnos cuál es el objetivo de un determinado movimiento en una batalla. Nadie lo sabe, todos andan perdidos. "¡Obtener una posición de ventaja!", grita alguien por fin. Es la clave, pero no solo en el ejército, sino también en la guerra cotidiana de la vida. Y es entonces cuando, a pesar de ambientarse durante buena parte del metraje entre soldados pipiolos, Les combattants se vuelve definitiva alegoría de los tiempos de crisis, de la juventud a la deriva, de la supervivencia laboral, social, moral, cultural y emocional, del sálvese quién pueda.
LES COMBATTANTS
Dirección: Thomas Cailley.
Intérpretes: Kévin Azaïs, Adèle Aenel, Antoine Laurent, Brigitte Roüan.
Género: drama. Francia, 2014.
Duración: 98 minutos.
Si hay espectadores que se quedan en la superficie, solo van a ver una especie de primera mitad de bolsillo de La chaqueta metálica para una Europa perdida en el agujero de la nada. Los que rasquen más, verán que ese "bosque que empieza de cero, que se reinicia" a partir de un gran incendio, son las nuevas sociedades; que hay dos posibilidades ante las desastrosas expectativas para el futuro: pegarte de tortas con la vida e intentar domarla a cada minuto mientras eres continuamente infeliz, o caminar por ella con el sosiego de ir dando soluciones factibles a cada problema. Ganadora de tres premios César, incluido el de mejor Primera Película, y del premio de la Crítica en la Quincena de Realizadores de Cannes, Les combattants se convierte así, gracias a su metáfora, en un pequeño y guerrero relato de apariencia sencilla y largo alcance.
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