Dieter Moebius, padre de la música electrónica, muere a los 71 años
El compositor perteneció a las bandas Cluster y Harmonia
Aunque hoy se le venere como a un pionero, la realidad es que a Dieter Moebius (Suiza, 1944) el reconocimiento tardó en llegarle. Es cierto que su música siempre se movió por los márgenes de lo experimental y lo ambiental, y no tuvo una evolución pop como la de Kraftwerk, pero también lo es que a sus principales bandas –Cluster y Harmonia- les costó más alcanzar el estatus de culto que a coetáneos de la nueva música alemana de los setenta del pasado siglo como Can o Neu! Como los miembros de las citadas formaciones, Moebius formó parte de una generación de músicos y artistas que empezó a construir una nueva cultura popular para la Alemania de la posguerra. “Estar en Berlín en 1968 era como estar en una isla”, recordaría Moebius décadas después. Un años después, en el Zodiak Free Arts Lab de Berlín, este fan de Chuck Berry que jamás sintió la necesidad de tocar la guitarra porque prefería los sintetizadores, se asoció con Hans-Joachim Roedelius y Conrad Schnitzler, y crearon Kluster. Tal como recordaría Roedelius décadas más tarde, “teníamos algo que hacer y mientras lo hacíamos, creamos un lenguaje”. Ese lenguaje, música electrónica y ambiental, siguió desarrollándose a partir de 1971, cuando Schnitzler abandonó el grupo y éste pasó a llamarse Cluster. El cambio de formación también alteró la música de un ente sonoro que nunca hizo dos discos parecidos.
Sus composiciones abrieron nuevos caminos en una era en la que la música electrónica empezaba a existir como tal en el contexto del rock. Al igual que otros contemporáneos alemanes, Cluster investigaron las posibilidades de los sintetizadores, haciendo una música abstracta, que Julian Cope, muchos años después, describiría en su libro Krautrocksampler como “globos atmosféricos de sonido”, al referirse a la música de Cluster (1971). Moebius y Roedelius establecieron una dinámica de trabajo como dúo para evitar fricciones con otros músicos, pero eso no les impidió establecer colaboraciones a largo plazo con otros artistas. Fue el caso de Michael Rother, de Neu!, con quien acabaron creando el grupo Harmonia, otro de los nombres esenciales del krautrock. Pero Cluster siguió funcionando y dejando un legado musical que acabó teniendo su importancia en la evolución de la música pop, con álbumes como Cluster II (1972), Zuckerzeit (1974) y Sowiesoso (1976). Y si Can tenía su castillo en Colonia como centro de operaciones, Cluster experimentaban en una casa rural en Fort, rodeados de animales, cociendo su propio pan y cultivando verduras. Allí, en 1976, pasó unos días con ellos Brian Eno, con el que grabarían álbumes tanto Cluster como Harmonia. Después se fue a Berlín a terminar con Bowie el disco más experimental de la carrera de este. Mucho de lo que Eno aprendió en Fort quedó filtrado en Low (1977), especialmente en las piezas instrumentales que dominaban su cara B. By this river (1977), una de las canciones más populares de Eno, fue compuesta durante sus días allí.
Tanto Moebius como Roedelius dieron prioridad a sus proyectos por separado a partir de 1982. El primero grabó varios álbumes en solitario, música para películas y colaboró con músicos como el productor e ingeniero Konrad “Conny” Plank, cuyo nombre está asociado a algunas de las obras capitales de krautrock y la electrónica de los ochenta. Cluster quedó prácticamente congelado hasta 2007 y terminó de manera oficial en 2010. Nidemonex (2014), último álbum de Moebius, marcaba un regreso a una línea más experimental, un viraje quizá motivado por la necesidad de seguir explorando en una época en la que su condición de pionero ya había sido saludada por nuevas generaciones de músicos como Tim Gane, de Stereolab, o Thom Yorke de Radiohead.
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