_
_
_
_
Festival de Jazz de Vitoria
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Chúpate esa, Herbie

Los pianistas Herbie Hancock y Chick Corea tocan a cuatro manos en el Festival de Jazz de Vitoria

Los grandes pianistas Chick Corea y Herbie Hancock (fondo) cerraron anoche con su concierto el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz.
Los grandes pianistas Chick Corea y Herbie Hancock (fondo) cerraron anoche con su concierto el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. L. Rico

Hace casi 40 años, la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid, abrió su coso por vez primera al jazz. De maletillas, los pianistas Herbie Hancock y Chick Corea y, como teloneros, el grupo Iceberg (escribo de memoria, así que puedo equivocarme). La arena, a medio llenar; las gradas, más o menos. No recuerdo qué temas interpretaron ni en qué orden, sólo la pregunta que me hice a mi mismo mientras me sumergía en la noche eterna del Metro -eran otros tiempos, y el Metro madrileño abría hasta tarde-: “¿por qué?”.

40 años después, vuelvo a encontrarme con los arriba mencionados, con ocasión del concierto de clausura de la 49 edición del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz. Y lo que son las cosas: sigo sin encontrar una razón convincente por la que 2 pianistas de jazz o de lo que sea tengan que encontrarse, y qué saca en claro el oyente de ello, aparte el consiguiente dolor de cabeza. Aprovecho la ocasión para desmentir la información incluida en una de mis anteriores crónicas en torno a la ausencia de farmacias de guardia en la ciudad, lo que ha provocado algún malestar entre los profesionales del ramo: las hay, y magníficas.

Hablando del concierto de anoche, estaban los arriba mencionados Herbie Hancock y Chick Corea sentados uno frente a otro tras sus respectivos instrumentos, el “Mac” a un lado, las partituras, no muchas, abiertas de par en par. Sus miradas se encontraban en algún punto situado a medio camino. “Ésta no te la esperabas”, le dice el primero al segundo; “chúpate esa, Herbie”, le contesta el segundo. Un golpe de revés al que Corea contesta con una derecha fulminante: entró, entró. Lo que empezó como una sinfonía galáctica, o así, termina con los contendientes dando voces a lo largo y ancho de sus respectivos teclados. “El problema del piano de jazz a 4 manos es que uno debe tocar y escuchar al mismo tiempo”, explica el cubano Gonzalo Rubalcaba, con una amplia experiencia en el tema. “La mayoría de los pianistas no escuchan”. Y así, sumergidas bajo un océano de notas redundantes y/o prescindibles, emergieron “I´ll remember April”, primero; y “La fiesta”, después; y “Watermelon man”, faltaría más; y “Spain”, que ellos tocaron y todos coreamos; bueno, no todos. Servidor se cuidó muy mucho de abrir la boca. Por el bien de la música, más que nada.

La cosa, que uno puede hacer lo que le venga en gana en su casa, pero si está tocando “Milestones” (de nuevo hablo de memoria toda vez que los artistas han pasado de facilitar el repertorio a la organización según es costumbre), esas son palabras mayores. No importa que uno haya compartido mesa y escenario con Miles Davis. A Miles se le toca guardando la debida compostura, respetando los espacios que su música pone a disposición del creador, callando cuando hay que callarse; lo contrario puede llegar a considerarse un delito de lesa majestad.

Hancock y Corea llenaron el silencio milesiano de un estrépito ensordecedor. Al final, uno no sabe si están tocando “Milestones” o la “Música para pompa y circunstancia”, de Sir Edward Elgar. “Ya, pero a nosotras nos gusta”, me cuentan Fernanda y Benigna, palentinas, venidas a Vitoria para la ocasión. “¿Por qué?”, les pregunto. “Ni idea”, me contestan.

A modo de posdata: que los protagonistas de la noche dedicaran el concierto a Paco, por donde quiere decirse Paco de Lucía, no va a coger al lector de sorpresa; que los mejor que escuchamos la noche de autos viniera de la mano del saxofonista de 31 años James Brandon Lewis, en su concierto del Teatro Principal, tampoco.

Chema García Martínez

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_