La clase (de)media(da)
Chen rueda cámara en mano en busca de un naturalismo capaz de aislar en la domesticidad más trivial una red de soledades
Había una secuencia especialmente conmovedora en Lugares comunes (2002) de Adolfo Aristarain: en ella, el maduro matrimonio formado por Federico Luppi y Mercedes Sampietro apuntaba en un bloc los gastos a prescindir en pleno corralito argentino. Retratos de familia, primer largometraje del cineasta singapurés Anthony Chen, es un trabajo generoso en similares cargas de verdad, desgranadas a través de una mirada atenta al detalle revelador y de una narración trenzada con admirable capacidad de síntesis. El contexto histórico es aquí el de la recesión económica asiática de finales de los 90 y el objeto de estudio es una familia de clase media, que acaba de contratar a una criada filipina que muy pronto no se podrá permitir.
RETRATOS DE FAMILIA
Dirección: Anthony Chen.
Intérpretes: Yann Yann Yeo, Tian Wen Chen, Angeli Bayani, Jilaer Koh, Peter Wee, Jo Kukathas, Naomi Toh, Stephanie Kiong, Ji Min Chantel Teo.
Género: drama. Singapur, 2013.
Duración: 99 minutos.
Chen rueda su relato cámara en mano, en busca de un naturalismo nada enfático, capaz de aislar en la domesticidad más trivial –un universo de manteles de hule y ropa tendida bajo ventana de aluminio- una red de soledades que aprenderá a ir mudando la hostilidad por el afecto. El trabajo de concentración narrativa que emprende el cineasta es tan radical que, a ratos, puede parecer forzado que cada causa enlace con su efecto sin transiciones, ni tiempos muertos, pero lo que cuenta Chen no delata ninguna voluntad de impostación y, sobre todo, está engrandecido por el raro don de la universalidad.
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