Joselito Adame corta tres orejas y sufre una grave cornada en Burgos
Fue intervenido en un hospital de una herida con dos trayectorias en el muslo derecho
El diestro mexicano Joselito Adame logró ese domingo en Burgos un gran triunfo de tres orejas con la corrida de La Quinta, aunque al final resultó herido al entrar a matar al sexto toro de la tarde, lo que le privó de salir a hombros. Fue trasladado al Hospital Universitario de la capital, donde fue intervenido de una herida en la cara interna del tercio medio del muslo derecho, con dos trayectorias, una ascendente y hacia dentro de 12 centímetros, que bordea el fémur, y otra descendente de 10 centímetros hacia la rodilla, ambas muy limpias. El pronóstico es grave.
Con casi tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de La Quinta, bien presentados y de buen juego con conjunto. Los mejores, los tres primeros y, sobre todo, el sexto. Cuarto y quinto se rajaron pronto. Fernando Robleño: estocada ligeramente tendida (oreja); y estocada (palmas); Manuel Escribano: estocada (oreja); y tres pinchazos y estocada (ovación tras aviso), y Joselito Adame: gran estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
Lo mejor de la tarde brotó de los trastos de Joselito Adame, que al final cambiaría el sabor de la gloria por la hiel de una cornada. En su primero gustó mucho toreando a la verónica y en un posterior quite por chicuelinas. Muleta en mano, alternó las dos manos en una faena de muy buena compostura, y premiada con una oreja.
En el sexto llegó lo gordo. Una faena completa, en la sorprendió con un vistoso quite por lopecinas, y en la que de nuevo bordó el toreo a derechas a izquierdas, provocando el fervor de los tendidos. La pena fue que al entrar a matar resultó dramáticamente cogido, cambiando así la puerta grande por la enfermería.
Robleño abrió pronto el marcador de la tarde con una oreja del toro que abrió plaza, un buen ejemplar, al que sometió sobre todo por el pitón derecho. En el cuarto, en cambio, se estrelló de bruces el madrileño con un astado que se rajó pronto e imposibilitó el lucimiento.
Manuel Escribano, que debutaba en Burgos, cayó de pie entre la afición burgalesa por la entrega y variedad que mostró en los tres tercios de sus dos faenas. A su primero lo recibió rodilla en tierra, antes de recetar un bonito quite por chicuelinas. Puso banderillas con facilidad y vistosidad e instrumentó después de una labor de muleta, fundamentada sobre el toreo en redondo.
En el cuarto volvió a brillar con los rehiletes, clavando hasta un cuarto par a petición del respetable. La pena fue que en la muleta el toro se fue rajando y la faena no levantó el vuelo a pesar del empeño que puso.
Todos a hombros en León
Los diestros Juan José Padilla y Enrique Ponce, y el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza abrieron la puerta grande del coso taurino de León tras repartirse seis orejas en el segundo y último festejo de la Feria de San Juan y San Pedro.
Con más de media entrada, se lidiaron dos toros para rejoneo de El Capea, manso y manejable, respectivamente, y cuatro con el hierro de Albarreal para lidia ordinaria, correctos de presentación pero flojos, excepto el tercero.
El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, ovación y dos orejas; Enrique Ponce, dos orejas y vuelta al ruedo, y Juan José Padilla, que sustituía a José María Manzanares, que se resintió de una voltereta sufrida el día anterior en Algeciras, oreja y oreja.
Lo mejor de la segunda y última corrida de la feria de San Juan y San Pedro de León lo protagonizó Enrique Ponce, que se inventó dos faenas muy aplaudidas por los tendidos, especialmente la primera, tras la que cortó las dos orejas a su adversario merced a un toreo preciso y preciosista.
El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, cuya presencia en León había levantado gran expectación, cuajó dos faenas apreciables, especialmente la segunda, en la que el estuvo esforzado y valiente, y muy emotivo y clásico que con su primero, manso y flojo.
Padilla repitió en el coso tras su éxito de anteayer por la baja de José María Manzanares y volvió a dejar claro que es todo pundonor al inventarse dos estimables faenas a los dos peores astados de la tarde.
Zamora: oreja para Morante y Perera
Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera cortaron una oreja cada uno en la plaza de toros de Zamora, en una corrida con motivo de las ferias de San Pedro en la que Alejandro Talavante se quedó sin trofeo.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Puerto de San Lorenzo, justos de presencia y buen juego. El resultado artístico fue el siguiente: Morante de la Puebla, silencio y oreja; Miguel Ángel Perera, silencio y oreja, y Alejandro Talavante, ovación y ovación.
En Soria se celebró la tercera y última corrida de la feria de San Juan, en la que el diestro sevillano Pepe Moral protagonizó lo más granado al cortar un trofeo a su primero y estar a punto de abrir la puerta grande con su segundo, en una tarde en la que Borja Jiménez se llevó también un apéndice.
Con más de media entrada, se lidiaron toros de Adolfo Martín, muy bien presentados, variados e interesantes en líneas generales, destacando el cuarto.
Pepe Moral, oreja y vuelta al ruedo; Juan del Álamo, silencio y silencio, y Borja Jiménez, silencio y oreja. Por último, Miguel Abellán, El Fandi y Víctor Barrio salieron a hombros de la plaza de toros de Segovia, tras repartirse un total de siete orejas, en una tarde en la que también brillaron los toros del Marqués de Quintanar.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros del Marqués del Quintanar, bien presentados y de excelente juego, especialmente el segundo, que fue premiado con la vuelta al ruedo.
Miguel Abellán, oreja y oreja; El Fandi, dos orejas y oreja, y Víctor Barrio, oreja y oreja.
Babelia
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