“Mis amigos me reprochan que nunca sea capaz de decir ‘no”
El cineasta ecuatoriano participa en el carrusel semanal de preguntas de este diario
Sebastián Cordero (Quito, 1972) pasó su adolescencia en París y su juventud en Estados Unidos, pero decidió volver a Ecuador cuando se dio cuenta de que el cine en su país era una utopía. Su ópera prima, Ratas, ratones y rateros, logró entrar a la selección oficial del Festival de Cine de Venecia y convertirse en un hito cultural y social de Ecuador, donde se mantuvo seis meses en cartelera.
¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?
No tengo uno en mente que me haya hecho reír a carcajadas, pero hace poco tiempo un libro de Roberto Bolaño me sacó una sonrisa constante.
¿Quién sería su libretista perfecto?
Charlie Kaufman.
¿Qué película le cambió la vida?
All that jazz, de Bob Fosse.
¿Qué música le sirve para hacer su trabajo?
Radiohead o Bob Dylan.
¿Qué personaje de ciencia ficción se asemeja a usted?
Bril, el protagonista del cuento The Skills of Xanadu, de Theodore Sturgeon.
¿Qué película le recomendaría a niño para introducirlo en el mundo del cine?
Raiders of the lost ark, de Steven Spielberg.
¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?
Tengo varios: el más cercano es el lecho de un río escondido cerca de mi casa.
¿Qué película le hubiese gustado haber escrito?
Magnolia, de Paul Thomas Anderson.
¿Qué cambiaría de usted mismo?
Quisiera no ser orgulloso, envidioso y caprichoso.
¿Qué le reprochan sus amigos?
Me dicen que tengo el “no” dañado. Es decir, que nunca digo “no”.
¿Cuándo fue más feliz?
Suena a cliché, pero fue cuando nació mi hijo.
¿Qué lo deja sin dormir?
Pocas cosas. La víspera de un viaje largo y la víspera de un primer día de rodaje.
¿Lo último que compró y le encantó?
Una antología maravillosa anotada de H.P. Lovecraft.
¿Lo que está deseando comprarse?
Una nueva computadora.
¿El mejor souvenir que ha llevado a casa?
Un peine de madera del mercado de Oaxaca. Lo he usado todos los días durante más de 10 años.
¿La última música que descargó?
La banda sonora de Purple Rain, de Prince and the Revolution.
¿Qué espacio de su casa es su favorito?
El balcón de mi cuarto.
¿Algún sitio que le inspira?
El pabellón japonés de LACMA, en Los Ángeles.
¿El mejor regalo que ha dado últimamente?
Una colección de libros de Kafka.
¿El mejor regalo recibido?
Una fotografía de Sebastiao Salgado.
¿A qué edad se dio cuenta de que quería dedicarse al cine?
A los nueve años me di cuenta de que quería hacer cine, fue cuando vi Raiders of the lost ark.
¿Qué es un buen fin de semana para usted?
Buena comida, pasar con amigos, pasar en pareja. También ir al cine, leer, caminar o un buen paseo, una buena fiesta.
¿Quién fue su primer amor?
Una chica en el colegio en París, cuando tenía 13 o 14 años. Se llamaba Arianne. Nunca hablé con ella: fue un amor platónico.
¿Qué le diría a su presidente [Rafael Correa]?
Que lo cortés no quita lo valiente.
¿Un olor preferido?
El césped recién cortado.
Babelia
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