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De frente | Fernando Trueba

“Tengo un deseo físico brutal de hacer reír”

Es Oscar, Goya y quiere hacer comedia, se ríe de todo y reclama para su madre la presidencia de las “personas acojonantes”

Juan Cruz
El director de cine Fernando Trueba.
El director de cine Fernando Trueba.bernardo pérez

¿Por qué hace cine? Para contar historias a la gente, y a ser posible divertirles.

¿Qué le divierte contar ahora? Tengo un deseo físico brutal de hacer reír. Estamos pasando una época dura de transformación en la que el mundo muta: reírnos es más importante que nunca. También es más difícil que nunca.

¿Por qué estamos tan mal? La humanidad es un tira y afloja entre los que lo quieren todo y la gente que intenta defenderse y estar mejor.

¿Qué le hace reír? Me hacen reír Wyoming, mi hermano David, Groucho, Billy Wilder...

¿Y de lo que ocurre? La gente seria siempre es cómica. Se pueden hacer chistes de todo. Y no lo digo sólo por Charlie Hebdo. Creo que fue Savater quien citó una frase de Cioran que me encanta: “Las religiones son cruzadas contra el humor”. Hay que reírse de todo.

¿Por ejemplo? Monicelli decía que la comedia italiana se hizo adulta cuando descubrieron que se podían reír de la muerte. Dio lugar a la edad de oro de ese cine. Ahora leo los chistes más antiguos de los griegos, ¡y lo modernos que son! Mira este: ‘Un tío va a la peluquería, el barbero le pregunta cómo ha de cortarle el pelo y el hombre dice: “En silencio”. ¡Te meas!

Totalmente actual. Como este. Alguien encuentra a otro:Oye, me dijeron que habías muerto”. “Pues mira, aquí estoy”. Y el primero le replica: “Me fío más del otro tipo que me dijo que habías muerto”.

“Que mi madre pudiera llegar a leer y tener su biblioteca es una conquista de la humanidad”

En Qué noche la de aquel día los Beatles arrojan a un solemne por el váter... ¿Qué solemnes arrojaría? Solemnes nos ponemos todos. Los grandes dictadores me parecen grotescos, y si no fuera por la cantidad de gente que han matado serían objeto de risa. Hitler, Mussolini, Franco... Fidel y Chávez son patéticos, no son grandes asesinos pero también tienen sus muertos. El propio Stalin da risa, un payaso.

Y han mandado mucho. Esto demuestra lo patéticos que somos. Algunos, elegidos. ¡Cómo somos tan gilipollas que elegimos gobernantes tan ineptos!

Eso: ¿por qué somos tan gilipollas? Si pasa con ellos, ¡qué le reprochamos al ciudadano común!

¿Y a quién elegiría usted? A mí me gustaría votar a un partido donde estuvieran Ángel Gabilondo, Eduardo Madina, Íñigo Errejón, Alberto Garzón, Irene Lozano y Tania Sánchez. Y Gaspar Llamazares..., ¡qué gran alcalde de Madrid sería! Pero “mi” partido desgraciadamente no existe.

¿De lo que pasa qué le conmueve? La gente cojonuda. Una vez fui a Bosnia, en una campaña contra las minas antipersona. Había un chico francés, cum laude en Economía, le habían ofrecido un puesto en el Banco Mundial; él pasó y creó cooperativas en Ruanda; luego creó cooperativas lecheras en Bosnia. Me conmueve cuando me encuentro gente acojonante.

¿Quién es el presidente de los acojonantes? Mi madre. Mataron a su padre en la guerra. Él no estaba en ningún bando, pero tenía un hermano cura. Fueron a buscar al hermano, no lo encontraron y a él lo fusilaron los milicianos. Ella empezó a trabajar a los trece años; fue una semana al colegio, y me enseñó a leer. ¡Y a los tres años y medio yo ya leía de corrido el Quijote! Cuando David, el pequeño, se hizo mayor ella se hizo su biblioteca. Que llegara a tener su propia biblioteca es una de las grandes conquistas de la humanidad.

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