Stephen Sondheim, ‘el picasso del musical’, regresa al cine
El estreno del musical de 'Into the woods' vuelve a abrir el debate sobre sus adaptaciones
Presentado en 1987 en Broadway, Into the woods ponía música y canciones a los cuentos más populares, La Cenicienta, Caperucita roja, Rapunzel, reflexionando sobre los deseos y los miedos de los personajes en ese interior del bosque encantado. El musical que alcanzará cerca de las 800 representaciones no ha dejado de representarse desde su estreno en sucesivos revivals por todo el mundo. Una de las canciones del musical, No One is Alone, se convertiría en plena crisis del Sida en himno solidario.
Despues de la frustrada adaptación de Sweeney Todd dirigida por Tim Burton, el compositor americano vuelve a probar suerte en el cine. El director Rob Marshall que ya había adaptado a la pantalla los musicales- con desigual fortuna- Chicago y Nine, es el responsable de la adaptación cinematográfica. Sondheim ha colaborado con el proyecto escribiendo nuevas canciones para su adaptación cinematográfica. En el reparto, Meryl Streep, que vuelve al musical en el papel de La Bruja, Emily Blunt, James Corden, Tracey Ullman, Christine Baransky o la encantadora Anna Kendrick en el rol de Cenicienta, encabezan el cartel. Queda la incógnita si Sondheim repetirá, más de cincuenta años despues, el éxito de su primer musical adaptado a la pantalla, West Side Story. Se estrena el próximo 23 de enero en las carteleras españolas.
Recorremos en diez secuencias sus adaptaciones en la pantalla y colaboraciones cinematográficas.
West Side Story (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961).
Debut cinematográfico y por la puerta grande del compositor Stephen Sondheim en la pantalla. Habían pasado cuatro años de su estreno en los escenarios de Broadway, Leonard Bernstein en la partitura musical, Jerome Robbins en la coreografía y Stephen Sondheim en las letras de las canciones abrían una nueva era del musical. Ahora la pantalla volvía a volar, esta vez con las zapatillas Converse de George Chakiris apuntando al cielo de la isla de Manhattan. Canciones como “Maria”y “Tonight” llevan a Sondheim a las listas de éxitos.
Gipsy (Mervin Le Roy, 1962)
Adaptación cinematográfica del musical del mismo título con Sondheim otra vez como letrista y Jule Styne como responsable de la parte musical. Rosalind Russell se hizo con el papel que había dejado para la eternidad la deslenguada Ethel Merman en el papel de la “madre de la artista” y Natalie Wood, con más pena que gloria, se encargó de darle algo de oxigeno al personaje de la legendaria bailarina de strip-tease, Gipsy Rose Lee, cuyas memorias habían servido de punto de partida.
Golfus de Roma (A Funny Thing happened on the way to the forum, Richard Lester, 1966)
Esta vez la versión cinematográfica pudo contar con el genio y la figura de Zero Mostel y otros actores de la versión teatral. Richard Lester pasaba de la épica pop de los Beatles a la sátira burlesque del Imperio Romano. Los fans de Sondheim todavía no le han perdonado que mutilara algunas canciones de la obra original en la traslación a la pantalla. Para la distribución española se echó mano del título de la adaptación (que hizo José Luis Coll) y que se estrenó en los escenarios madrileños en 1964.
El fin de Sheila (Herbert Ross, 1973).
Stephen Sondheim aparcó momentáneamente sus tareas como creador de musicales para ejercer de guionista cinematográfico mano a mano con Anthony Perkins, uno de sus amigos del alma. El resultado, una comedia de intriga y suspense con aguijones críticos al mundo de Hollywood, un reparto tutti frutti y una película que ha acabado siendo una obra de culto y ganando fans en cada una de sus reposiciones televisivas.
Stavisky (Alain Resnais, 1974)
Primera incursión de Stephen Sondheim como compositor de bandas sonoras para la pantalla. Alain Resnais, gran admirador de su obra, le pidió que escribiera la música de la película y Sondheim puso toda la carne en el asador y todo el acento francés sin caer en el pastiche melódico.
Para los degustadores de la música del compositor uno de sus platos más exquisitos y singulares.
Elemental Doctor Freud (The Seven-per-cent solution, Herbert Ross, 1976)
Una canción de Stephen Sondheim, I Never Do Anything Twice interpretada por ni más ni menos que por la cantante francesa y reina de las boîtes, Regine, para una fantasía cinematográfica que reunía al detective Sherlock Holmes y al psicoanalista Sigmund Freud en la Viena decimonónica con el objeto de acabar con la adicción a la cocaína del primero-el título original hacía mención al volumen de droga que el detective se inyectaba-. Con todos estos ingredientes el proyecto sin duda acabó siendo una pieza bastante singular en el currículo del compositor.
A little night music (Harold Prince, 1978)
Sondheim tomó como punto de partida la pelicula de Ingmar Bergman Sonrisas de una noche de verano y escribió entre otras obras maestras, piezas como Every day a little Death o la popular Send in the clowns. Para llevarla a la pantalla, Harold Prince, el director y productor que a lo largo de los años setenta había puesto en escena las obras del compositor, se hizo cargo del proyecto en su segunda incursión cinematográfica. El resultado final, decepcionante a pesar de sus responsables. Entre las curiosidades de la película, ver a Elizabeth Taylor como intérprete sondheriana.
Rojos (Warren Beatty, 1981)
Proyecto frustrado del compositor para esta especie de Doctor Zhivago para consumo de románticos izquierdistas y amantes de la historia del siglo XX. En el balance final una delicada balada, Goodbye for now en la versión instrumental ejecutada por Claude Bolling y Jean Pierre Rampal y que con el paso del tiempo se ha convertido en pieza selecta del cancionero Sondheim.
Dick Tracy (Warren Beatty, 1990)
Warren Beatty volvía a reclamar los servicios musicales de Sondheim despues de la fallida colaboración de Rojos, entre las canciones que el compositor escribe para la banda sonora, Sooner or later que le reportó su primer y único oscar como mejor canción y perfomance a cargo de Madonna.
Sweeney Todd (Tim Burton, 2007)
En su versió original y escénica Sondheim volvió a poner de relieve que el titulo del 'Picasso del musical' con el que algún crítico le había bautizado no era ninguna extravagancia ni etiqueta gratuita. Sondheim había acabado por crear un género, único y singular, donde se fusionaban la comedia musical y la opera, el teatro y la opereta. Tim Burton fue el encargado de la adaptación pero el resultado final dejó un sabor bastante amargo para fans y no fans de Sondheim. Unos años antes el director de Ed Wood había tenido entre sus manos el mejor tributo musical al compositor: La banda sonora de Pesadilla antes de Navidad compuesta por Danny Elfman de inequívoca herencia sondheriana.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.