Globos de Oro: del éxito al fracaso
Diez claves para entender la edición 2015 de los galardones de cine y televisión
El número de espectadores que van a las salas estadounidenses de cine cae poco a poco; las películas que ganan los Oscar ya no suelen nacer dentro de las majors, los grandes estudios, que piensan más en filmes sobre juguetes o superhéroes; una de las últimas dictaduras del planeta logra influir en la industria del cine… Pero todos los problemas desaparecen cuando llega la temporada del pollo, sobrenombre que algunos otorgan al primer trimestre del año, cuando día sí y día también hay entrega de premios o almuerzo de promoción. Y el plato protagonista en esos eventos es el pollo, el único alimento que no provoca rechazo en alguna de las grandes religiones.
Globos y Oscars. Los Globos de Oro los votan no más de 80 periodistas extranjeros acreditados en Hollywood, de los cuales sólo 25 publican periódicamente en medios de comunicación. Pero el día en que lograron que su gala fuera retransmitida por la cadena NBC a todo Estados Unidos (la ABC emite los Oscar)… dieron la campanada. Los invitados cenan y beben champán como si fuera el fin del mundo. No tiene repercusión en los Oscar: las votaciones a la estatuilla de Hollywood se cerraron el pasado jueves, cuatro días antes de la ceremonia de los Globos.
Tina Fey y Amy Poehler. Soberbias cómicas nacidas del Saturday Night Live. Han nacido para presentar este tipo de eventos… si les dejan, porque la obsesión televisiva con que la gala durara menos de tres horas (se pasaron dos minutos) escatimó sus apariciones. Buenos chistes sobre Sony y Corea del Norte y sobre los egos hollywoodienses.
Richard Linklater. Durante décadas, el cineasta radicado en Austin (Texas) —allí también viven Terrence Malick y Robert Rodríguez, y durante un tiempo fue vecino Quentin Tarantino— ha compaginado su carrera entre títulos personales y obras más comerciales. A cada paso de su trilogía Antes de… o A scanner darkly le ha acompañado otra Escuela de rock o Una pandilla de pelotas. Durante 12 años mantuvo en secreto el rodaje de Boyhood, que le ocupaba un mes por temporada. El resultado es una maravillosa representación del paso de la vida sin maquillajes ni artificios. Seguro que a Malick, maestro en el paso del tiempo, le habrá gustado. Linklater se lleva los Globos a mejor drama, dirección y actriz secundaria.
‘Lincoln’. ¿Quién se acuerda ahora de la película de Steven Spielberg? Nadie, ¿verdad? Pues tiene toda la pinta de que lo mismo va a ocurrir con Birdman, de Alejandro González Iñárritu. Algún premio a guion, reconocimientos al mejor actor y poco más. El mexicano es un gran cineasta, cierto, dotado de un enorme ego, igual de cierto. No dejó hablar a sus compañeros de escritura al recoger el galardón.
Batman. Un Batman —George Clooney— recogió el Premio Cecil B. DeMille por su carrera. Otro —Michael Keaton—, el galardón al mejor actor de comedia por Birdman, algo que agradeció con lágrimas.
Libertad de expresión. Hubo diversos recuerdos a las víctimas de Charlie Hebdo. Clooney los homenajeó en su discurso, al igual que el presidente de la HFPA y Jared Leto. Diane Kruger, alemana criada en Francia, lució un cartel con el lema Je suis Charlie, y Helen Mirren apareció con un broche en forma de bolígrafo.
Veteranos. J. K. Simmons, Jeffrey Tambor, Billy Bob Thornton y Patricia Arquette. Veteranos de larga carrera, más o menos conocidos, que vieron recompensada su trayectoria. El discurso de Thornton fue brillante: “Hoy en día, digas lo que digas te metes en problemas, y lo sé por mi experiencia personal. Así que solo diré Gracias”. Y se fue. También se llevó premio Kevin Spacey por primera vez… en su octava nominación (House of Cards).
La tele del siglo XXI. De los 11 premios destinados a la televisión, sólo dos se lo llevaron series (Downtown Abbey, House of Cards) con más de una temporada a sus espaldas. Más aún, repartidos por cadenas, Amazon —sí, Amazon, gracias a su productora con la serie Transparent— se llevó dos; FX, otros dos; Showtime, también dos; y uno, BBC/Sundance, HBO, The CW, ITV/PBS y Netflix. Son los nuevos tiempos. Ni un galardón para viejas cadenas como CBS, ABC o NBC, nada para Juego de tronos, The good wife…[APARTADO]
‘True detective’, nada. Doloroso, pero cierto. No ganó el premio a mejor serie, no ganó nada. Las redes sociales se indignaron por el triunfo de Fargo, un contrincante lejos de la excelencia de la serie de Nic Pizzolatto. Calma, baste recordar las veces que un monumento como The Wire fue finalista en los Globos de Oro: ninguna.
La alfombra roja. No hace falta verla. Antes de que la pisen las estrellas y vistas galas precedentes, se puede adivinar que Jessica Chastain y Julianne Moore van a ir estupendas, que las jóvenes generaciones no estarán a la altura (solo suelen salvarse Emma Watson y Emma Stone). Y así ha sido esta vez. Nadie se arriesga por miedo al qué dirán —sí se lanzó al vacío Rosemund Pike y se estrelló con un adefesio de Vera Wang—, y al final el espectador de la gala acaba cayendo en la apatía. Entre los chicos destacó Eddie Redmayne, ganador al mejor actor por La teoría del todo.
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