Los textos del relojero
El estadounidense William Lyon publica un libro muy útil para mejorar
Corría el año 1992 cuando el chaval que servía el café de cada mañana a William Lyon en un bar de Madrid le preguntó: “¿Cuántos años lleva usted en España?”. Y él le contestó: “Más que tú”.
En aquellos días, el neoyorquino Lyon ya había cumplido tres décadas de periodismo en la capital, como corresponsal de revistas y luego como redactor de la agencia norteamericana de noticias United Press International.
Diez años antes, en 1982, había logrado que le recibiera el entonces director de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, a quien mostró varios ejemplares del periódico en los que tenía subrayados errores de redacción, de estructura, de léxico, de titulación… Cebrián, quizás algo alarmado, lo contrató; y poco después creó una sección de editores para mejorar la calidad del diario. Entre ellos figuraba Lyon, cuyo manejo del español era ya exquisito.
Años después, el excorresponsal estadounidense fue fichado por el diario El Sol, ya desaparecido. En ese periódico y en EL PAÍS aprovechó para escribir sobre toros, su gran pasión como español adoptivo (publicó incluso un libro con anécdotas taurinas: La pierna del Tato, 1987). Lyon, de 74 años, trabaja ahora en revistas bilingües, hace traducciones, da clases en la maestría de Periodismo de Abc...
...Y acaba de publicar La escritura transparente, una guía de 125 páginas llenas de consejos útiles para el periodista y el escritor. Y no sólo para el principiante; también para quienes al cabo de los años han arrinconado ciertas cuestiones esenciales; y, sobre todo, para los editores de periódico (los encargados del control de calidad de los textos). “Los buenos editores”, escribe, “tienen como instrumental una mente despejada y el amor por el lenguaje”. Y en esos consejos, que se ilustran con ejemplos reales, aparece a menudo la elegante retranca del artesano.
Uno de los males del periodismo en España tiene que ver con la dejadez y la soberbia, que “no serían toleradas en una redacción inglesa o norteamericana”
Uno de los males de la profesión en España tiene que ver con la dejadez y la soberbia, que “no serían toleradas en una redacción inglesa o norteamericana”, en las que además reinan los “comprobadores de datos” que piden a menudo explicaciones al autor de una noticia. En España, curiosamente, “los que mejor aceptan la edición suelen ser los redactores más brillantes”.
Lyon defiende el texto pulcro que transmite confianza. Así, una entradilla “es una labor de relojero”, y “muy raras veces debería ser una cita directa, aunque es algo que vemos todos los días”. Y también critica la mezcla de géneros periodísticos (los de opinión y los de información) por la ausencia de rasgos tipográficos que los diferencien.
Muchas más enseñanzas se desgranan en este libro, tan manejable, tan conveniente. Sus páginas refrescarán la memoria a los veteranos del oficio; y para los recién llegados constituirán una impagable transfusión de experiencia.
La escritura transparente. Cómo contar historias. William Lyon. Libros del K.O. Madrid, 2014. 125 páginas. xx euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.