La memoria póstuma de Frühbeck en ‘Los diamantes de la corona’
El Teatro de la Zarzuela homenajea al maestro hasta el 14 de diciembre dedicándole todas las representaciones de la pieza
Hace algo más de un año, el 21 de septiembre de 2013, Rafael Frühbeck de Burgos arrasaba en la Zarzuela con su versión de la Suite española, op. 47 de Albéniz. Ese día le dijo al director del teatro, Paolo Pinamonti, que nunca había dirigido una pieza desde el foso de la calle Jovellanos. Pinamonti se ofreció a hacer un hueco en la temporada 2014-2015 si el maestro buscaba un hueco. Y Frübeck lo encontró. "Y así se planeó la producción de Los diamantes de la corona. Los hombres hacen sus planes, pero la vida sigue su camino. Y el gran maestro Frühbeck de Burgos nos ha dejado", explica el director en las páginas de un dossier sobre la pieza.
Murió de cáncer el pasado 11 de junio en Pamplona a los 80 años. Fue el director de orquesta español con mayor prestigio internacional desde Ataúlfo Argenta; era titular de la Orquesta Sinfónica de Dinamarca y director emérito de la Orquesta Nacional de España; dirigió más de un centenar de orquestas en Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá, y su talento fue reconocido en estos dos últimos países, donde ha subido al podio de las filarmónicas de Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia y las orquestas sinfónicas de Cincinnati, Boston, Pittsburgh, San Luis, Chicago, Toronto y Montreal. La Zarzuela no podía dejar de rendirle homenaje, y todas las representaciones de esta producción que estará en el Teatro Nacional de la Zarzuela hasta el 14 de diciembre, serán una forma de honrar su memoria.
'Los diamantes de la corona'
Fechas: Días 26, 27, 28, 29 y 30 de noviembre; 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13 y 14 de diciembre de 2014.
Horario: 19:00 horas (domingos a las 18:00 horas)
Duración aproximada: actos primero y segundo, 1 hora y 25 minutos. Descanso de 20 minutos. Acto tercero, 35 minutos.
'Los diamantes de la corona' es una zarzuela en tres actos, a partir de la opéra-comique de Eugène Scribe y Jules -Henri Vernoy de Saint Georges, con texto de Francisco Camprodón; música de Francisco Asenjo Barbieri; edición crítica de Emilio Casares y versión escénica de José Carlos Plaza.
Los diamantes de la corona supuso la recuperación de una de las partituras más importantes de Francisco Asenjo Barbieri con texto de Francisco Camprodón en la temporada 2009-2010. La reposición, según la institución, supone una oportunidad de disfrutar de la partitura completa y de la historia de aventuras de una reina-forajida en el Portugal dieciochesco. "A mediados del siglo XIX en España era frecuente la traducción o adaptación de textos del teatro lírico francés favorecido, sin duda, por el paralelismo existente entre la opéra-comique y la zarzuela, al compartir la alternancia de partes cantadas y habladas. Los diamantes de la corona representa un ejemplo emblemático de la historia de nuestra zarzuela grande y uno de los éxitos que ayudaron a su consolidación".
A pesar de tener una fuente francesa, Les diamands de la couronne, se puede considerar una obra totalmente original, que respira con autonomía propia en cuanto a desarrollo de la historia y composición musical, según el teatro. En palabras de su director de escena, José Carlos Plaza, "se trata de un cuento donde aparecen princesas, bandoleros, soldados, monjes, cuevas, palacios… El espectador debe venir al teatro con un espíritu parecido al de los niños, con la intención de jugar y divertirse sin parar. La música es excelente, los vestidos, propios de verdaderas princesas, y los decorados palaciegos recuperan la tradición de telones pintados decimonónicos. Y el texto, en verso, no añade dificultades, así que todo parece fácil y ligero. Un espectáculo con el que se recupera también algo de nuestra propia infancia".
El argumento
ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
La reina María de Portugal (Catalina) está a punto de cumplir la mayoría de edad; hasta que llega ese momento, se ocupa de la regencia el conde de Campomayor. La reina conoce las penurias de su pueblo mientras en el joyero real hay abundantes joyas, por lo que decide convertirlas en dinero, sustituyendo para ello las joyas auténticas por otras falsas sin que nadie lo sepa.
En la cripta de un monasterio abandonado se ocultan unos bandidos capitaneados por Rebolledo, experto falsificador de joyas, al que la reina ha salvado de la horca a cambio de que, con la ayuda de sus amigos, falsifique las joyas verdaderas. La reina, oculta bajo la apariencia de un bandido más y con el nombre de Catalina, va a recoger las joyas falsas y pagarles, exigiendo a cambio que salgan de Portugal. Llega a la cueva en el momento en que los bandidos han detenido al marqués de Sandoval, sobrino de Campomayor, quien se dirige a Coimbra para casarse con su hija Diana. Ambos se quedan prendados, pero Catalina le permite continuar con su viaje a cambio de la promesa de que no la reconozca jamás en público.
Durante la ausencia del marqués de Sandoval, su prometida Diana se ha enamorado de Sebastián, un joven oficial del ejército; por lo que, tanto ella como el marqués, por diferentes motivos, no desean celebrar dicha boda. Mientras se prepara el casamiento, se presentan una dama y un caballero pidiendo hospedaje: son Catalina y Rebolledo. Campomayor, por su parte, acaba de recibir la noticia de que unos bandidos habían robado las joyas de la Corona por lo que prohíbe circular a ningún coche más que al suyo. Mientras, Diana atiende a los ilustres huéspedes, pero enseguida sospecha que Catalina es la jefe de los bandidos a quien se busca por el robo de las joyas, así se lo dice a Sandoval, y éste, aterrado ante la idea de que Catalina sea apresada, promete a Diana no firmar el contrato de boda, a cambio de que ayude a Catalina a huir.
En el Palacio Real de Lisboa se espera la llegada de la joven reina, que ya ha cumplido su mayoría de edad. Todo el enredo de la obra se descubre al aparecer Catalina ya con su apariencia de reina. Como era de esperar, ante el asombro de todos, que la creían jefa de unos bandidos, la obra finaliza cuando el marqués de Sandoval, sorprendido ante aquel inesperado descubrimiento, es llamado por Catalina para convertirse en su esposo.
Babelia
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