Warren Anderson, prófugo por la catástrofe de Bhopal
Dirigía Union Carbide cuando la explosión de una de sus fábricas mató a decenas de miles de personas en India
Tras enterarse de la muerte de Warren Anderson, los supervivientes de la catástrofe industrial en Bhopal, en el centro de India, se reunieron ante la planta de Union Carbide para escupir en su fotografía. Algunos le tiraron piedras, otros le pegaban con la suela de sus sandalias. “Era responsable de la operación y mantenimiento de la fábrica que mató a más de 25.000 personas y dejó con graves secuelas a muchas otras miles. Es terrible que muriera sin recibir ningún castigo”, explica Rachna Dhingra, al frente de la ONG Grupo para la Información y Acción de Bhopal.
Anderson era el director de Union Carbide, una multinacional química estadounidense, en diciembre de 1984. El día 3 de ese mes 42 toneladas de isocianato de metilo (MIC), uno de los químicos más tóxicos que se conocen, escaparon en forma de gas de la planta de pesticidas, provocando una de las catástrofes industriales más graves de la historia. Varios miles de personas murieron de inmediato y otras muchas más fueron falleciendo en los meses y años siguientes como consecuencia de la intoxicación. Algunos cálculos elevan a más de 25.000 el total de víctimas mortales, a las que hay que añadir muchos miles de supervivientes con graves secuelas, como problemas respiratorios, dolores en el cuerpo, parálisis, problemas hormonales y psiquiátricos. En Bhopal hay una gran incidencia de niños que nacen con problemas congénitos y malformaciones, aseguran los activistas.
El empresario estadounidense fue a India cuatro días después del desastre. Allí fue arrestado, acusado de homicidio. Sin embargo, pasó en custodia solo tres horas: después de pagar una fianza y prometer volver al juicio fue puesto en libertad. Nunca regresó a India, donde se le consideraba prófugo de la justicia.
“Debido a la protección del Gobierno de EE UU y a la deliberada negligencia del Gobierno indio para traerlo ante la justicia, el peor criminal empresarial del mundo murió libre”, afirman en un comunicado cinco ONG de víctimas en Bhopal. Las primeras condenas se fallaron en 2010, cuando un tribunal culpó a ocho indios de homicidio por negligencia y los sentenció a dos años de cárcel, pero también fueron liberados tras pagar fianza. En 1989 Union Carbide pagó como compensación 350 millones de euros en un acuerdo extrajudicial. Las víctimas recibieron unos 650 euros. Dow Chemicals compró en 2001 Union Carbide; niega la responsabilidad en Bhopal.
Anderson murió el pasado 29 de septiembre, poco antes de cumplir 93 años y poco antes de que se cumplan 30 años de la tragedia. Pasó sus últimos días en una residencia para ancianos en Vero Beach, Florida. Su familia no anunció su muerte, que se supo después por un periódico local. Tras el desastre fue visto muy pocas veces en público. Una excepción fue la entrevista que dio a The New York Times cinco meses después de la fuga de gas. “Te despiertas en la mañana pensando si eso pudo haber ocurrido. Después te das cuenta de que sí ha ocurrido y que es algo que vas a tener que enfrentar por mucho tiempo”, dijo.
Bhopal es uno de los más claros ejemplos de cómo las grandes empresas anteponen el beneficio económico a la vida o salud de las personas, asegura el reconocido activista Satinath Sarangi. “La vida a escondidas y la vergonzosa muerte en secreto de Anderson será una lección para los criminales industriales”, afirmó.
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