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Benicio del Toro o el paraíso de la muerte de un narco

El actor recibe el Premio Donostia como un “honor” a su carrera

Rocío García
Los actores Josh Hutcherson y Benicio del Toro  saludan a sus admiradoras tras presentar su película 'Escobar: Paradise lost', en San Sebastián.
Los actores Josh Hutcherson y Benicio del Toro saludan a sus admiradoras tras presentar su película 'Escobar: Paradise lost', en San Sebastián. Juan Herrero. (EFE)

Benicio del Toro ha viajado al paraíso de un hombre cruel que sembró su país de terror y de admiración. El actor puertoriqueño que esta noche recibe el Premio Donostia, el segundo en esta 62ª edición del festival de San Sebastián, interpreta al narcotraficante Pablo Escobar, el poderoso mafioso colombiano, cuya organización fue responsable de innumerables actos de terrorismo y muerte. El filme Escobar: paraíso perdido, dirigido por el italiano Andrea Di Stefano, indaga en una época bien concreta del narco cuando se entregó a las autoridades colombianas y narra el choque con un joven canadiense que se enfrenta al todopoderoso terrorista. La expectación ante la presencia en el Zinemaldia de Benicio del Toro (San Germán, Puerto Rico, 1967) era grande pero la desilusión ha sido la nota dominante. Sin despertar interés, en un tono de desidia, el actor ha estado muy parco en palabras en su comparecencia ante la prensa. “Sí, es un honor recibir el Premio Donostia, es la primera vez que recibo un galardón de esta importancia”. “El atreverse a pararse delante de una cámara y contar un cuento es muy complicado”. “En el cine lo mejor es tener piel de cocodrilo”. Solo cuando se le ha insistido una y otra vez sobre el papel de Pablo Escobar, Benicio del Toro se ha explayado algo más. “Parto de la base de que todo lo que se hace en una película es ficción. Para unos pocos, Escobar fue una especie de Robin Hood, pero para la mayoría del mundo fue un monstruo. A veces para saber cuál es la causa real de tal monstruosidad tiene uno que pararse a estudiar la historia de ese país e investigar bien lo que lo ha provocado” ha dicho Del Toro, que ha estado acompañado por el director del filme, además de por los actores Carlos Bardem, Josh Hutcherson y Claudia Traisac.

El intérprete, que conoce bien lo que es llevar a pantalla a personajes reales -lo hizo con el pintor Basquiat y más recientemente con el Ché- explicó que la mejor manera de enfrentarse a este tipo de papeles es hacerlo como si se tratara de un cirujano. “A mí lo que de verdad me interesa de este trabajo es el grupo con el que me relaciono. Lo primero, por supuesto, la historia, el cuento que hay que narrar y luego el director y mis compañeros de reparto. Es mucho más fácil viajar al espacio con astronautas como los que hoy están en esta mesa”. Después de confesar que no juzgaba a un personaje como Pablo Escobar, que en su sangrienta guerra contra el Estado fue responsable de numerosos actos de terrorismo y que tras fugarse de la cárcel murió abatido a tiros por el ejército colombiano en un barrio de Medellín en 1993. Del Toro ha reconocido, a preguntas de una periodista colombiana, que sí que “era un monstruo que sembró el dolor a todas las víctimas que fue dejando atrás”. “Solo con la ficción se puede contar tanto horror”, aseguró Del Toro, que ha trabajado en la última película de Fernando León A perfect day.

Los alrededores del Kursaal, donde esta noche Del Toro recibe el premio Donostia de manos de su colega cubano Jorge Perugorría, está ocupado desde primeras horas de la tarde de chicas jovencísimas apostadas pero no para aclamar al actor puertoriqueño sino al ídolo Josh Hutcherson, el actor protagonista de los taquillazos Los juegos del hambre.

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