Postales de Bahía

La bossa nova fue como un aluvión en la música popular brasileña. Con la aparición de ese movimiento moderno y cosmopolita, a finales de los cincuenta, todo lo que se había creado antes pareció viejo. Pocos artistas sobrevivieron a ese fenómeno. Uno de ellos fue Dorival Caymmi, que había empezado su carrera 20 años antes, en plena era de la radio. Eso le dijo en una ocasión Chico Buarque, uno de los mayores músicos del país, a Stella Caymmi, la nieta y biógrafa del cantautor, que asistió el martes a la Casa de América de Madrid para la celebración del centenario de su nacimiento. La Fundación Cultural Hispano-Brasileña y la Embajada de Brasil le homenajean esta semana al músico, que falleció en 2008, con conciertos, charlas y una exposición. 

“Dorival es genio universal. Cogió la guitarra y orquestó el mundo”, firmaba en el prefacio de un songbook de Caymmi el maestro y amigo Antonio Carlos Jobim, con quién grabó un disco en el auge de la bossa nova. Caymmi no solo resistió a esa nueva ola, sino que fue absorbido por ella. Sus creaciones tenían elementos novedosos, lo que le permitió a su obra dialogar con ese género renovador. Una de las primeras canciones que grabó João Gilberto, considerado el padre de la bossa nova, fue Rosa Morena, de Caymmi.

El músico ha influido en varios artistas de las generaciones que le siguieron, como Caetano Veloso y Gilberto Gil. Asimismo, es prácticamente imposible enumerar cuantas versiones otros intérpretes han hecho de sus sambas, que se convirtieron en iconos culturales en Brasil. Stella Caymmi no duda en calificar de “extraordinaria” la contribución de su abuelo al desarrollo de la samba y de la música popular brasileña, dos géneros vigentes que destacan en el país.

Caymmi no solo resistió a la 'bossa nova', sino que fue absorbido por ella

Jobim decía que las modulaciones y disonancias de su música no tienen parangón con las de otros compositores, recuerda Stella. Caymmi introdujo acordes que hacían que sus melodías fueron distintas de las demás. Muchos consideran su técnica tan original que “no tiene herederos, ni siquiera en la familia”, afirma Stella, cuya madre y tíos también son músicos. Así como él no imitaba a nadie, también era difícil copiarle. Aunque el estilo de Caymmi empezó y terminó con él, “su obra impregnó toda la música popular brasileña”

El artista fue uno de los responsables de la imagen idealizada que se construyó del Estado de Bahía

Además de sus conocidas “canciones playeras”, que evocan el mar e historias de pescadores, compuso las “postales de Bahía”, que describían el sincretismo en el vestuario, la arquitectura, las fiestas, la comida y la religión de su tierra. "Caymmi era una especie de antropólogo instintivo. Su obra conserva la Bahía de su tiempo”, señala Stella. Sus amigos Jorge Amado, escritor, y Carybé, artista plástico, hicieron lo mismo con sus respectivas disciplinas. Los tres hicieron de la cultura afrobaiana una fuente de inspiración para sus creaciones. A Carybé está dedicada una muestra en la Casa de América de Madrid, en la que 30 grabados suyos dialogan con letras de canciones de Caymmi. En el marco de la “Semana de Bahía en España”, que se celebra en ese centro, se presentará el viernes la cantante brasileña Flávia Bittencourt, que interpretará repertorios de Caymmi.

Dorival Caymmi nació en una familia de clase media baja. Sin tener apenas acceso a recursos para desarrollar su talento, incorporó la música de manera autodidacta. Con cerca de 100 canciones y 20 discos grabados a lo largo de 60 años de carrera, se considera que su obra es pequeña en cantidad en comparación con la de otros artistas. Pero la calidad y la innovación que imprimió en ella han impedido que se quedara corta.