Investigación personal y colectiva de la furia del Estado contra los revolucionarios
Eduardo Ruiz Sosa fabula en torno a los movimientos de protesta en el México de los setenta


El escritor mexicano (radicado en Barcelona) Eduardo Ruiz Sosa (Culiacán, 1983) publica Anatomía de la memoria, una extensa novela que fabula, al límite del olvido, una investigación personal, colectiva e histórica. No disimula su autor los ecos literarios que se esconden detrás de su novela: el título de Ruiz Sosa hace clara referencia a otro libro capital de la bibliografía anglosajona: Anatomía de la melancolía, de Richard Burton.
Tiene mucha razón Ruiz Sosa cuando defiende que su novela no es histórica, sino una novela con historia. El matiz es importante. Anatomía de la memoria, como le pasó en su momento a su libro hermano, Anatomía de la melancolía, hace tres siglos, es un libro eminentemente literario. El de Burton tuvo que defenderse siempre de su apariencia clínica y de su propósito de hallar las causas de la depresión, y subrayar su naturaleza, casi diríamos, lírica. Si en Burton la melancolía era un instrumento para acercarse a las emociones humanas, en Ruiz Sosa la memoria desempeña un papel equivalente.

Ruiz Sosa pone su mirada en los movimientos estudiantiles mexicanos de los años sesenta y setenta. Movimientos revolucionarios que fueron contestados con toda la furia y la premeditada infraestructura aniquiladora del Estado. Eran los años en que en América Latina, los hijos de la burguesía se rebelaban contra la injusticia social y económica de las corrompidas democracias que los gobernaban. En Anatomía de la memoria hay un nudo argumental, y un desenlace que no hace más que renacer de sus cenizas para volver a golpear. Hay una investigación en torno a un poeta que participó en su juventud, junto con el encargado de escribir su biografía, en los siniestros aconteceres políticos de cuatro décadas atrás.
Anatomía de la memoria es una novela brillante. Hace de la escritura un vehículo de indagación: introspectiva e histórica. El pasado vuelve para dictar una sentencia nada complaciente. Y el presente se mira en ese pasado con una mezcla de esperanza necesaria y lúcido pesimismo.
Anatomía de la memoria. Eduardo Ruiz Sosa. Candaya. Barcelona, 2014. 576 páginas. 21 euros
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