Messi mete gol en el Lido
Alex de la Iglesia presenta en la Mostra un documental que retrata a la estrella
Javier Mascherano mira a sus compañeros de mesa y les confiesa: “Qué bello sería ser él cinco segundos, solo cinco segundos, para ver qué se siente”. Y hace un gesto curioso, de admiración. Mascherano es argentino como Lionel Messi, estrella en el Fútbol Club Barcelona como Messi, y ni siquiera él sabe lo que pasa dentro de la cabeza de uno de los mejores jugadores —¿el mejor?—- de todos los tiempos, y objeto de análisis del documental Messi, que se presenta en la Mostra de Venecia.
Lo fascinante de Messi, un deportista cuyo rostro se puede ver en cualquier parte del mundo, incluido, por ejemplo, en las latas de Pepsi-Cola que se venden en los supermercados de Venecia, es que él solo quiere al fútbol. La fama, el dinero, los premios son detalles secundarios. En Messi el espectador disfruta de otro detalle: es el primer futbolista cuya vida está grabada desde sus inicios. Como ocurría en el sobrecogedor Capturing the Friedmans, allí había un padre filmando las hazañas de un niño de seis años, los que tiene en una secuencia de 2003, donde se ve a un crío regateando a niños que le sacan dos cabezas. Todo ese material más conversaciones de diversas mesas de un restaurante ficticio llenas de todo el que ha sido alguien en la vida del argentino, además de periodistas, entrenadores, analistas e incluso políticos, y de recreaciones de momentos fundamentales de la vida de Messi han sido filmados y ordenados por un cineasta poco futbolero, Alex de la Iglesia. “Me interesaba contar por qué juega tan bien y por qué ocurrió este personaje, qué pasó en su infancia que le hizo que jugara así. Porque todos tenemos un rosebud. Cómo un tío tan reservado, fue otra de las preguntas que me hice, llega adonde pocos. Entonces descubres las claves, y lo cierto es que no saber mucho de él previamente me ayudó”, cuenta el cineasta bilbaíno.
El cineasta no ha contado con la colaboración del astro en el proyecto
El documental desgrana su vida, indaga, deja que sus coprotagonistas opinen abiertamente. “No he quitado ningún comentario negativo, y sí, son casi todos alabándole y explicándole. Excepto el que habla de sus problemas con Hacienda, que he respetado porque no se puede esconder que es un hombre con un problema con los impuestos”. De la Iglesia cree que parte de su forma de ser y del triunfo de Lionel Messi está en su familia, que ha funcionado como burbuja. “En realidad nunca ha salido de su pueblo. En el filme alguien dice algo muy cierto: todas las mañanas sale de su Rosario natal, va a entrenar a las instalaciones del Barça y vuelve por la tarde a Rosario. ¿Y dónde va en verano? A Rosario. Está aferrado a su infancia y a su familia, se ha casado con la prima de un amigo de la infancia, es más, algo que no pudimos meter en el montaje final, come todos los días en un restaurante argentino”.
En realidad nunca ha salido de su pueblo. Está aferrado a su infancia y a su familia Alex de la Iglesia
En pantalla se sucede su carrera: su explosión infantil, sus problemas de crecimiento, su año en Barcelona a la espera del contrato y los papeles, sus cuatro Balones de oro, su pasión por debutar en la albiceleste —la selección argentina- no ha vivido un camino de rosas. Dos grandes del fútbol argentino, César Luis Menotti y Jorge Valdano —guionista del documental—, y Johan Cruyff hablan de su técnica especial, de cómo a pesar de ser zurdo (como Maradona, la eterna comparación) usa magistralmente la derecha y la cabeza, sus aceleraciones, su sobriedad, la importancia de crecer futbolísticamente en un club de un estilo tan adecuado a él como el Barcelona. “Ha sido fascinante. Y muy muy complicado conseguir todo el material. En Rosario fuimos por su barrio casa por casa buscando las grabaciones de aquella época en las que se viera a Messi de crío”. La familia Messi no ha aportado material, y al principio no estuvo muy de acuerdo con el documental. “Ya lo han visto y les gusta. Lo mejor cinematográficamente ha sido retratar a Messi sin que él intervenga”. Sí sale Diego Armando Maradona. “Conseguí grabarle esa pequeña intervención, pero no conseguimos dinero para pagarle y que se sumara a una de las mesas. Y me ha faltado su punto de comedia, maravilloso, que descubrí el día que pasé en su casa”.
De la Iglesia confiesa que no fue la primera opción del productor Jaume Roures, aunque se lo ha pasado muy bien. “No me gusta el fútbol, demasiado plano general. Sí la gente hablando de él. Yo quería, y espero haberlo conseguido, que me explicaran por qué es tan bueno. Lo interesante es la pasión. Luego el tema de quién es el mejor o no es una discusión talibán”. Menotti dice que “hay que sacar a Pelé y luego están los demás”. El bilbaíno apunta: “Es una discusión pasional, casi religiosa”.
Babelia
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