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Lope entra en la casa de Shakespeare

La compañía Fundación Siglo de Oro lleva por vez primera una tragedia del autor español al Globe

Elsa Fernández-Santos
El teatro Globe de Londres.
El teatro Globe de Londres.

La emoción está servida: cuando el próximo lunes suba el telón del Globe Theater de Londres, casa y salvaguarda de su mayor gloria nacional, William Shakespeare, no se escucharán sobre el escenario las palabras y la lengua del Bardo de Stratford-upon-Avon, sino el verso castellano de un genio continental: Lope de Vega. Jamás la obra de un autor español había pisado la célebre institución británica, solo en contadas ocasiones lo han hecho autores ajenos a la órbita shakesperiana, “y desde luego nunca un autor clásico de otra gran tradición”, afirma Dominic Dromgoole, director artístico del teatro y principal impulsor de la aventura.

La compañía madrileña Fundación Siglo de Oro es la elegida para el simbólico reto. “Para nosotros el Globe era uno de esos referentes que uno cree lejanos e inalcanzables”, asegura Rodrigo Arribas, fundador junto a Alejandra Sáenz de la compañía y unos de sus actores principales. “Supongo que nos sentimos como un futbolista cuando pisa por primera vez el Bernabéu o Maracaná. Tocar algo que nunca soñaste que sucedería”.

Curtida desde hace una década en el estudio y representación del teatro barroco español, la Fundación Siglo de Oro llamó la atención de la directiva del Globe en 2012, cuando su equipo directivo rastreaba el mundo en busca de compañías de teatro para participar en las llamadas Olimpiadas Culturales de Londres. La agrupación madrileña fue seleccionada entonces para un proyecto internacional que consistía en representar las 34 obras de Shakespeare por otras tantas compañías extranjeras. A ellos les encargaron la tarea de llevar a escena Enrique VIII (por el protagonismo que tiene Catalina de Aragón) y, a todas luces, dejaron huella.

Casi dos años después, el grupo vuelve al Globe, pero con la obra crepuscular de un autor que se conocen al dedillo. El castigo sin venganza, única obra inequívocamente trágica que firmó el prolífico padre de El perro del hortelano, llevará al corazón de Shakespeare ese pulso entre deseo y deber, entre honor y amor y entre razón y corazón que mueve la fatal historia del poderoso Duque de Ferrara y de su joven hijo bastardo Federico, enamorado sin remedio de su madrastra Casandra.

Rodrigo Arribas, actor y cofundador de la Fundación Siglo de Oro en 'El castigo sin venganza' de Lope de Vega.
Rodrigo Arribas, actor y cofundador de la Fundación Siglo de Oro en 'El castigo sin venganza' de Lope de Vega.

Sin realidades maniqueas, sin buenos ni malos, como en Shakespeare, Lope concentra toda la complejidad humana sobre una simple tabla de madera. “Lope se pone serio y lleva al extremo uno de sus temas recurrentes: el amor imposible”, apunta Ernesto Arias, director del montaje. “Plantea una relación incestuosa que en aquella época era un tabú absoluto y lo hace sin ofrecer soluciones y sin señalar a ningún personaje”.

“Lope es muy admirado y querido en Reino Unido, pero nos interesaba sobre todo porque tiene muchas similitudes con Shakespeare”, explica Dominic Dromgoole. “Es la primera vez que un dramaturgo extranjero se representa aquí, abrimos la mano con alguna tragedia griega y con algún autor moderno británico, o con obras de Shakespeare reinterpretadas por otras culturas, pero desde luego jamás un autor clásico de otra gran tradición. Pero existe una correspondencia histórica entre Shakespeare y Lope que es importante para nosotros porque, de diferentes maneras, les hermana su perfil salvaje y apasionado. Les une también su manera de dirigirse al público, esa enorme ambición a la hora de abordar las historias que querían contar. Son grandes retratistas de la sociedad en todo su espectro: la clase alta, la media y la baja caben en una misma mano”.

Esto es importante para nosotros, pero también los es para el teatro español, para la cultura española y sobre todo para nuestro idioma”, afirma Rodrigo Arribas

Con todo el acento puesto en el actor y en la palabra, la Fundación Siglo de Oro se caracteriza por la fidelidad en sus adaptaciones. “El Globe tiene una serie de exigencias, como la falta de iluminación y de escenografía, que se adaptan muy bien a nuestra propuesta”, señala Rodrigo Arribas, cuya compañía, que ha crecido sin ayuda de organismos públicos, se encargará el próximo octubre de la primera lectura dramatizada del recién descubierto inédito de Lope de Vega Mujeres y criados.

“En este tipo de representaciones, lo que no se verbaliza no existe”, explica Ernesto Arias. “El Globe [se trata de una reconstrucción fiel del original] es un teatro enorme, al aire libre, pensado para 1.400 personas, en la época 800 de esos espectadores estaban de pie, y lo que no se escuchaba directamente no existía. Es, para entendernos, esa tradición en la que que cuando un personaje dice ‘muero’, otro responde ‘muere’ y un tercero grita: ‘ha muerto’. Los actores irrumpen en escena hablando o anunciados por alguien. Todo, absolutamente todo, se mide por la palabra. El Globe mantiene esa tradición a cuyo espíritu se ajusta muy bien El castigo sin venganza”.

Que la palabra de Lope cruce las puertas de un teatro que representa la palabra de Shakespeare es para la compañía Siglo de Oro un éxito que trasciende su trabajo. “Esto es importante para nosotros, pero también los es para el teatro español, para la cultura española y sobre todo para nuestro idioma”.

¿Y cómo hubiera resuelto Shakespeare el drama de Lope? A Dominic Dromgoole le divierte el juego, pero sin apostar por una solución: “No tengo idea porque pese a sus coincidencias sus diferencias son enormes y muy importantes. Y sobre todo lo que le preocupaba al público de Lope no tenía nada que ver con lo que le preocupaba al de Shakespeare. Creo que por ese motivo nunca hubiesen llegado al mismo lugar ni quizá se hubieran planteado de la misma manera el mismo conflicto”.

Un conflicto que el lunes encarnarán actores que hacen orgánicos los textos, que saben de musicalidad y de contar una historia. Detrás, un patrimonio único: Lope se inspiró en una novela de Matteo Bandello basada en un suceso real ocurrido en la Italia del Renacimiento. Ya viejo, se sentía amenazado por los seguidores de Góngora (su rival) y por la llegada de nuevos dramaturgos como Calderón. De ese miedo, nace su venganza: una obra sobre el deseo de revancha. Un poderoso despechado, un amor imposible y la muerte como salida pero jamás como solución. El padre enfrentado al amor y la piedad paterna que, sin posibilidad de redención, se agarra a las justificaciones del hombre humillado: “Seré padre y no marido / dando la justicia santa / a un pecado sin vergüenza / a un castigo sin venganza... castigarle no es vengarme / ni se venga el que castiga”. Y de fondo, la sabiduría del teatro, ese espejo que Lope, como Shakespeare, celebra como universal metáfora de la mentira como única verdad capaz de desenmascarar el alma humana.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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