Argonautas nórdicos
Sjón escribe una novela de navegación en la que se entremezclan historias de los argonautas
Tras El zorro ártico y Maravillas del crepúsculo, nos llega otra obra del islandés Sjón (Reikiavik, 1962) que, como las anteriores, mezcla diferentes géneros, haciendo malabarismos no siempre logrados, pero originales. Esta novela recoge el episodio de los argonautas en su recuperación del vellocino de oro y lo inserta en el relato de navegación de un aburrido personaje, Valdimar Haraldsson, que se dedica a propagar en una revista la teoría de que la raza nórdica debe su superioridad física a la dieta de pescado. Gracias a esto ha sido invitado a una travesía de un barco mercante danés por el mar Negro. En él lleva un diario de los días, con las escalas y el menú que sirve el cocinero, en el cual apenas aparece el pescado. El relato se aviva con la entrada en escena de Céneo, segundo de abordo, quien se dedica a contar cada noche una historia de sus aventuras con los argonautas. Tras aplicar al oído una astilla que procede de la roda del Argo, la narración fluye y narcotiza a los oyentes, que, por otro lado, no tienen otra distracción, como no sea la mujer del mayordomo, el personaje más interesante de la novela. Céneo aborda la llegada de los navegantes a Lemnos y la visita al palacio de la reina Hipsípila. Como la isla ha quedado despoblada de hombres, los argonautas tienen mucho que hacer. Por desgracia, Sjón pasa de puntillas sobre tales trabajos. Y Haraldsson va intercalando sus comentarios sobre el viaje y sus extraños compañeros. Si bien la escritura del islandés a veces desconcierta, la comparación que algún entusiasta ha hecho con Calvino y Borges resulta como mínimo un tanto exagerada.
Navegantes del tiempo. Sjón. Traducción de Enrique Bernárdez. Nórdica. Madrid, 2014. 152 páginas. 16,50 euros
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