Un sueño cumplido
Es una película sin asomo de grasa, toda músculo e ingenio de principio a fin, sardónica y en feliz movimiento perpetuo
En la primera historieta de los Guardianes de la galaxia, publicada en enero de 1969, el trazo de Gene Colan y sus radicales composiciones de página parecían ajustarse a las particularidades morfológicas de su protagonista: Charlie-27, perteneciente a la quinta generación de colonos terrícolas en Jupiter, un planeta, como señalaba el texto de apoyo, “11 veces mayor que la Tierra y con el triple de su gravedad”. El resultado se asemejaba a un tebeo de superhéroes contemplado a través de una óptica deformante, o al hallazgo de un serial alienígena concebido en una galaxia lejana en un futuro muy remoto.
En Guardianes de la galaxia, la película, James Gunn no emplea a los personajes de la formación original, sino a los de la refundación de la serie en 2008, pero el bienvenido efecto de extrañeza que provoca su película en el presente contexto del blockbuster superheróico es comparable al que, en su día, trajo consigo esa historieta fundacional. Cinco años después de esa primera aventura de 22 páginas, el guionista Steve Gerber, responsable de introducir el espíritu de la irreverencia contracultural en el universo Marvel, retomaría a esos personajes que se podrían haber quedado en efímera nota a pie de página en la historia de la editorial. Gunn, que homenajea explícitamente a Gerber en la escena poscréditos, parece heredar en el cine el papel que desempeñó el legendario guionista en las historietas: ser el descarado en nómina, el responsable de divertir (y, sobre todo, divertirse) en los sótanos humorísticos habilitados bajo el panteón superheróico dominante.
También en esa historieta original, el año 1988 —por aquel entonces, futuro— era mencionado como punto de referencia de uno de los personajes: aquí identifica la fecha del trauma original del protagonista humano, Starlord, y el cineasta lo emplea como ancla nostálgica y mitómana en un conjunto regido por un espíritu dionisíaco marcadamente extraterrestre. Guardianes de la galaxia es el blockbuster que uno podía haber empezado a soñar en 1988 y que hoy es finalmente posible, adornado con un mixtape (un poco sub-tarantiniano, eso sí), referencias a Footloose (1984) y lo que podríamos llamar la destilación de la esencia Han Solo como ADN de todo el metraje.
Película sin asomo de grasa, toda músculo e ingenio de principio a fin, sardónica y en feliz movimiento perpetuo, Guardianes de la galaxia se parece más a un deseo (colectivo) cumplido que a una superproducción diseñada para arrasar taquillas.
GUARDIANES DE LA GALAXIA
Dirección: James Gunn.
Intérpretes: Chris Pratt, Zoe Saldaña, Michael Rooker, John C. Reilly, Glen Close, Vin Diesel, Bradley Cooper.
Género: ciencia-ficción. EE UU, 2014.
Duración: 122 minutos.
Babelia
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