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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Apocalipsis

Si no estuviéramos tan acostumbrados a ver en directo todo tipo de calamidades, sería como para creer que, en vez de un informativo, uno está ante una versión de 'La guerra de los mundos'

El hombre caído en el suelo se agita de forma espasmódica en plena calle, mientras media docena de personas le observan a distancia, entre espantadas y aterrorizadas. Después, cuando cesan sus convulsiones, el hombre estira las piernas y queda inerte. El grupo de curiosos se aleja entonces como alma que lleva el diablo. La imagen, un tanto impúdica, es espeluznante. Pero es lo que está sucediendo en Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Guinea, donde el virus del ébola ha matado ya a mil personas.

Tal pareciera que ha llegado el fin del mundo. Viendo lo que nos sirven a diario la prensa y los informativos de televisión, da la impresión de que estamos ante el Apocalipsis. Guerras, hambrunas, epidemias y accidentes, aderezados al final —para desengrasar— con algún reportajito de gente tostándose al sol en la playa.

Al largo conflicto de Ucrania se unió el 17 de julio el derribo del avión de Malaysia Airlines en ese mismo territorio, ocasionando la muerte a casi 300 personas. Después, la situación internacional se animó mucho con las matanzas de Gaza, la catástrofe aérea de un aparato de Swiftair en Malí y los conflictos de Siria y Libia.

En los últimos días, el panorama se ha caldeado aún más con el bombardeo de Estados Unidos contra posiciones de grupos yihadistas en Irak. Ayer mismo, un avión de la compañía Sepahan Air se desplomó tras despegar de Teherán… y una vez más las televisiones volvieron a servirnos el esqueleto de una aeronave a la hora de comer. El último de los horrores del verano.

Mientras tanto, en España seguimos a vueltas con el paro, el separatismo catalán, las adolescentes de Ceuta y Melilla que se apuntan a combatir con los islamistas, el molt honorable Jordi Pujol que resulta un mito con pies de barro y hasta el emblemático buque escuela Juan Sebastián Elcano se nos convierte en un narcobarco. Bueno, “España va bien”, como diría el expresidente José María Aznar, en comparación con otros países del mundo.

Si no estuviéramos tan acostumbrados a ver en directo todo tipo de calamidades, sería como para creer que, en vez de un informativo, uno está ante una versión remozada de la célebre emisión de La guerra de los mundos, de Orson Welles.

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