_
_
_
_
taquicardias
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

De (y para) Raphael

María Porcel

Querido Raphael:

Al principio fueron los seguidores. Después llegaron las (sobre todo, las) incondicionales. Hoy los más jóvenes quizá seamos fans. Ya da igual: ahora vamos todos a una. Hace dos, tres lustros, quizás ni tú mismo habrías imaginado este repunte de pasión, esta ola que te haría rodearte de chavalería con la que ni tus hijos comparten ya generación, pero de la que estás cerca en curiosidad y energía, mucho más próximo que a los de tu quinta. ¿Imaginaste esto? Quizá es que los ahora fans éramos entonces jóvenes (vamos, críos) y recordamos aquellos tiempos como de aburridos tamborileros navideños, ropopompón, para señoras de abrigos de paño o a veces hasta de visón.

Cómo han cambiado las cosas: 71 añazos (55, de carrera), 50 millones de discos, una decena de películas, tres hijos, dos eurovisiones, un trasplante y sonrisa profident frente al espejo. ¿Que hay que sacar single? Hoy mismo, allá va. ¿Que hay que preparar disco? Al estudio. ¿Promoción? Dale: chats, redes sociales, revistas, periódicos, lo que nos echen. ¿Gira? De agosto a diciembre, sin cansancio, tuiteando, digan lo que digan.

¿Y la que se te ha venido encima ahora? Cuando tú no estás, Tom Jones, Bryan Ferry, Elton John, muchachos de tu quinta, se te intentan acercar, pero (apreciación personal) no se pueden comparar. Ni doña Gloria Gaynor, que se pasea por las galas de esta España estival levantando pasiones. Tú, tú eres cabeza de cartel en un festival, y no a lo Viña del Mar: el Sonorama, uno de esos llenito de modernos, de hipsters, que se llaman hoy. No tienes muy claro lo que es un hipster, has comentado. No pasa nada. Hablemos del amor que te profesan esos festivaleros, los consumidores de música de hoy, que no se conforman con casi nada. Ellos estarán en primera fila (aunque digan que no son hipsters, ni caso: modernos), con sus barbas y sus gafotas y sus camisas de cuadros. Porque muchos van solo por ti. Y repetirán.

Tu espectáculo en el Sonorama (porque eso no va a ser un concierto, va a ser un espectáculo, y lo sabes, que diría tu coetáneo Julio) es uno de los eventos más esperados del verano, de la temporada. Puede ser tu gran noche. Cuando saltó el notición muchos pensaron que eran Twitter y sus bromas. ¿Quién se estrena en un festival de 40.000 asistentes pasados los 70? Solo tú, cual ave fénix.

Luego están los escépticos. Los que creen que no mereces estar ahí, que no es tu sitio, que ya no toca. Qué sabe nadie. Ellos no han visto tus conciertos. No te han oído cantar, desgañitarte, tirar el micrófono y entonar a capela, sudar tres horas largas encima de un escenario con y sin música, roto de emoción y de aplausos. Recitales que son un escándalo, una declaración de poder y de intenciones. Eso es resistencia, y no solo en lo pulmonar.

En Navidad ya no es lo mismo cuando tú no estás. ¿Serán así ahora nuestros veranos? Los modernos ya han caído. Prepárate para encandilar a la siguiente tanda de raphaelistas.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_