Dick Wagner, guitarrista de Lou Reed y Alice Cooper
Instrumentista espectacular, también fue compositor de temas de éxito como ‘Only women bleed’, canción denuncia interpretada por numerosas cantantes
Su nombre solo era conocido entre los que investigaban en los créditos de los discos. Pero todos los españoles que se acercaron al rock en los años setenta recuerdan el impacto del Rock’n’roll animal, un directo de Lou Reed publicado en 1974. El vinilo tenía el morbo de lo prohibido: de la primera edición nacional se había eliminado el tema Heroin. Además, el elepé se abría con unas extraordinarias filigranas de guitarras, cuatro minutos antes de que Lou comenzara a cantar Sweet Jane.
Los creadores de semejante pirotecnia instrumental eran Steve Hunter y Dick Wagner, dos guitarristas pertenecientes a la Escuela de Detroit: la llamada Ciudad del Motor se había especializado en rock de alta intensidad, con un plus de desafío, a veces específicamente político. Richard Allen Wagner, que había nacido en Iowa en 1942, falleció el martes en Phoenix (Arizona), a los 71 años, tras casi una década con graves problemas de salud.
Wagner tenía cierto prestigio en Detroit y alrededores, gracias a conjuntos como The Bossmen y The Frost. También participó en un grupo neoyorquino llamado Ursa Major, que contó inicialmente con Billy Joel a los teclados. Pero su carrera profesional despegó gracias al patrocinio del inteligente productor canadiense Bob Ezrin, que le encajó —junto a Steve Hunter— en los proyectos musicales de Lou Reed y Alice Cooper.
Tras acompañar a Lou Reed en su sombrío Berlin (1973), Wagner y Hunter le proporcionaron un sonido apabullante que complementaba sus soliloquios sobre el lado salvaje y aplacaba a públicos levantiscos. Con Alice Cooper, que prescindía de sus compañeros originales, la relación fue más profunda: Wagner se transformó en su director musical y le proporcionaría una serie de baladas dramáticas que ampliaron su público, comenzando con Only women bleed (1975), una denuncia de la violencia de género, temática nada habitual en el rock de los setenta. Wagner era tan elocuente con la guitarra como sensible al dolor ajeno.
Aunque colaborar con Alice Cooper sería su principal compromiso, Wagner acompañó a Bob Ezrin en muchas de sus producciones, desde un par de discos para Kiss hasta el primer álbum en solitario de Peter Gabriel. Como músico de estudio, también tocó al servicio de Aerosmith —Wagner y Hunter protagonizaron el famoso duelo de guitarras en The train kept a-rollin’— o de Mark Farmer, cantante de Grand Funk Railroad.
En 1978, grabó bajo su propio nombre un disco para Atlantic, un trabajo que se extravió en las tiendas al ser bautizado Richard Wagner, como el ilustre compositor alemán. Era su particular sentido del humor: luego bautizaría una discográfica propia como Wagner Music Group, haciendo un guiño a la multinacional Warner Music Group.
Ya fuera del circuito estelar, Wagner funcionó como compositor, productor y promotor de iniciativas benéficas. También luchó por el reconocimiento público de su aportación al rock, incluso reformando The Frost. Aunque se frustró un documental titulado precisamente Rock’n’roll animals, sí publicó su autobiografía, Not only women bleed, prologada por Alice Cooper. Tras sufrir un ataque al corazón y un derrame cerebral en 2006, se empeñó en recuperar sus facultades. Y lo consiguió.
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