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El anfiteatro hecho hemiciclo

Los festivales de teatro clásico de Mérida, Almagro y Cáceres apuestan por ácidas críticas políticas

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, Pepe Viyuela, Daniel Muriel, Miguel del Arco, Verónica Forqué, Magüi Mira y Carmen Ruiz.
De izquierda a derecha, y de arriba a abajo, Pepe Viyuela, Daniel Muriel, Miguel del Arco, Verónica Forqué, Magüi Mira y Carmen Ruiz. Luis Sevillano

Entre los tres suman 122 veranos de veladas teatrales y la conservación de un patrimonio de siglos. En los festivales de teatro clásico de Mérida (el veterano, con seis décadas a sus espaldas desde el comienzo de su celebración periódica, desde el 1 de julio al 24 de agosto), Almagro (del 3 al 27 de julio) y Cáceres (del 2 al 29 de junio), se amontonan los homeros, los aristófanes, los molières, los lopes. Pero el aparente inmovilismo de los clásicos, testigos calcáreos del paso del tiempo, salta en pedazos en sus escenarios. El anfiteatro y el corral vibran. Y en 2014 se suman al signo de los tiempos: críticas agudas a la gestión cultural, dardos contra los dirigentes, revisiones profundas de la historia, disecciones de la sociedad moderna.

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Magüi Mira (Valencia, 1945), directora de Pluto, la obra de Aristófanes que ocupará el anfiteatro emeritense entre el 30 de julio y el 3 de agosto, recurre a los conceptos de escena y democracia unidos irremisiblemente por los griegos. El teatro como hemiciclo original: “Su poderío era reunirnos para zarandear, para activar el pensamiento. Ejercer esa crítica, ese control al poder, ese punch que es la sangre roja de la democracia. Pero ahora nos van limitando el espacio”. Poco tarda en salir, en voz de esta también actriz con décadas de experiencia en las tablas, el “maldito” IVA del 21% a la cultura. “¿Me quieres explicar por qué el Gobierno ayuda a alguien que se compra un coche y no a alguien que se compra una entrada para ver Pluto?”, se pregunta Mira con rabia.

En 2013, más de 136.000 personas pasaron pos las tres villas que acogen los festivales teatrales más relevantes del verano. Más de la mitad acudió a la capital extremeña, que aumentó su asistencia en un 40% con respecto al año anterior. Magüi Mira recalca la importancia del sector teatral como industria, que se hace más evidente en los festivales de verano: “Cuando alguien compra una entrada está pagando el taxi, el hotel, la canguro, la caña de después, además de al actor, al director, acomodador, taquillero y técnico”. El festival decano recaudó en 2013 casi 1,5 millones de euros y ya ha vendido para esta edición más de 12.000 entradas.

La sátira política de Pluto, una crítica a la injusta distribución de la riqueza realizada por un dios ciego (con Javier Gurruchaga y Marisol Ayuso, entre otros) hace un temible dueto con Las ranas, también del autor griego, dirigida por Juan Dolores Caballero y protagonizada por Pepe Viyuela y Miriam Díaz Aroca. Esta vez la fábula de Aristófanes se centra en las artes escénicas: el dios Dionisio, espantado por el estado del arte, desciende a los infiernos para pedirle a Eurípides que mejore un poco el panorama. Pero Viyuela deja claro que el problema actual no es el talento de los autores modernos: “No es una cuestión de falta de creatividad, sino de ir a los infiernos a buscar los medios para hacerlo”. ¿Un mensaje que puede escocer a algún político que se cuele entre las butacas? “Si tiene capacidad para entender… Porque para darse por aludido hay que tener inteligencia también”. La constante tensión entre poder y arte caminará también por el Festival de Cáceres con El Greco y la Legión Tebana (28 de junio), un retrato del pintor y su conflictiva relación con Felipe II con Daniel Muriel, entre otros, en el reparto: "Era un personaje muy teatral, en cierto modo, muy extravagante. Y muy poco dispuesto a doblegarse ante los poderosos".

El director teatral Miguel del Arco.
El director teatral Miguel del Arco.Luis Sevillano

Pero no se trata solo de fruncir el ceño ante la actualidad. Así es, si así fue, dirigida por Laila Ripoll con texto de Juan Asperilla sobre fragmentos del Marqués de Santillana, Cervantes, Lope de Vega o Calderón, arroja luz sobre lo ocurrido entre los Trastámara y los Reyes Católicos para explicar el presente. Luchas intestinas por el poder, asesinatos en nombre de Dios y la sombra de la conquista de América como sustrato de la España actual. Y una conclusión aplastante, formulada por Verónica Forqué, parte del elenco: “Estamos en un grado de evolución muy bajo”. Una bofetada histórica con música en directo estrenada en el Festival de Cáceres el pasado fin de semana y que pasará por Clásicos en Alcalá, otra de las citas del verano, el 28 y 29 de junio.

El Festival de Almagro rescata tres de los títulos clásicos de la temporada para llevarlos a su entorno natural. Miguel del Arco retoma Misántropo, versión libre del texto de Molière, tras una gira nacional y su paso por el Teatro Español de Madrid. El director no teme que el sustrato filosófico de la historia de Alcestes resulte pesado para el público estival, con el pensamiento dividido entre la obra programada y el tinto de verano en la plaza del pueblo: “El verano es un momento de relajo, también para dedicarlo al pensamiento. El teatro no es teatro de verano o de invierno, sino teatro bueno o teatro malo”. A la producción de Kamikaze se unirán Los Mácbez gallegos de Andrés Lima con adaptación de Juan Cavestany, y la versión de Las dos bandoleras de Carme Portaceli, que une la comedia de Lope con La serrana de la Vera. Carmen Ruíz, una de las dos vengadoras junto a Macarena Gómez, piensa ya en corrales, o en este caso el Espacio Miguel Narros, donde estará el 19 y 20 de julio. La actriz nunca ha pisado Almagro, ni como actriz ni como espectadora: “Imagina lo que es estar allí”. Y habla del público, del ambiente, del viaje. De pasar a formar parte de esa estirpe de cómicos que comenzó hace siglos.

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