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Segundo asalto en El Retiro

La Feria del Libro vivió este sábado una afluencia similar a la del pasado fin de semana

Visitantes en la feria del libro, hoy sábado.
Visitantes en la feria del libro, hoy sábado.CLAUDIO ÁLVAREZ

Falta todavía más de una semana para que la 73ª edición de la Feria del Libro vuelva a dejar al parque del Retiro entre pájaros, florecillas y picnics familiares, pero los libreros y editores ya han empezado a mirar nerviosamente la hoja de cuentas. De la misma manera que ayer miraban nerviosamente al cielo de Madrid, rogando a los dioses de la palabra que se guardaran su ira en forma de probable lluvia para otra ocasión. Aliviados por el buen tiempo y esperanzados por el constante fluir de lectores en potencia, los responsables de las 364 casetas de la mayor cita del mundo editorial español se arremangan las camisas para levantar un sector que ingresó en 2012 420 millones de euros menos que en 2010.

Ana Bravo, en la caseta de la editorial SM, no se mostraba especialmente entusiasma. El fin de semana ha amanecido algo más animado que el pasado (ya con buena afluencia) y las miles de cabecitas que recorren arriba y abajo los paseos parecen atestiguarlo. Pero tampoco es para tirar cohetes: poco se diferencia esta de la pasada edición de la feria, asegura. Mucho paseante, pero no tanto comprador. Aunque lo peor, cuenta, es entre semana, cuando pocos curiosos vuelven a casa cargados de bolsas.

Si Ángela se va hoy del parque con un libro bajo el brazo es por pura casualidad. Se ha topado con la firma de libros de Almudena Grandes y ha corrido a hacerse con Las tres bodas de Manolita. "Pero es para regalo", advierte protegiéndose del sol que pega fuerte contra la fila de una veintena de pacientes lectores. Grandes parece ser la autora con más poder de convocatoria en esta ronda de garabatos, besos y palabras de admiración. Aunque en torno a ella, recuerdan por megafonía machaconamente, está la escritora francesa Anna Gavalda o el cantautor Luis Eduardo Aute (entre los 900 autores que dejarán su estampa en la feria). La madrileña es la que amontona a más gente frente a su caseta. Ángela entre ellos, que quizá solo compre este título: "Es que últimamente los saco de la biblioteca".

En la caseta de la librería Gaztambide, bajo la que se cobija Grandes, se frotan las manos con la autora. Ellos han elegido tirar de firmas y autores conocidos para levantar las ventas. Por aquí pasaron hoy también Julia Navarro y Blue Jeans (seudónimo de Francisco de Paula), escritores de best sellers como Dime quién soy o Canciones para Paula. Carmen González, una de las responsables del puesto, asegura que la cosa solo va "un pelín mejor" que el último fin de semana.

Lo peor, cuentan los libreros, es entre semana, cuando pocos curiosos vuelven a casa con bolsas

De Gaztambide, donde el mayor éxito es la ciencia ficción de Divergente, al espacio de la editorial de poesía Visor, donde triunfa Juan Gelman, solo hay unos metros y centenares de curiosos. "El 80% del público de la feria no suele pasarse por las librerías", asegura José Luis García, uno de los gerentes de la caseta. Quizá por eso esta cita sea tan relevante, al menos económicamente, incluso para los puestos que se contentan con vender varias decenas de libros. María, de la librería La Marabunta, una cooperativa especializada en temática política, admite que estos días recaudarán un buen pellizco de sus ingresos totales. En parte porque el público es "más general". Aquí los títulos que triunfan son Cuando las películas votan, editado por Pablo Iglesias, líder de Podemos, o La Transición contada a nuestros padres, de Juan Carlos Monedero, también portavoz de la formación. Eso, y, de nuevo, Almudena Grandes, el hit.

En torno a las dos de la tarde, la actividad empieza a desplazarse desde las casetas a los márgenes del parque. Rubén y Elisa se han refugiado a la sombra junto a sus cuatro hijos y recuperan el resuello antes de continuar la jornada. En las bolsas, dos libros por niño y uno por adulto, el botín de su excursión anual a las casetas del Retiro. Un poco más lejos, un centenar de adolescentes han formado un enjambre de bocadillos, papel de aluminio y tortilla de patatas. Vienen solos, aunque muchos no pasan de los 15 años, convocados por sus blogueros favoritos. Soraya se ha gastado la paga en el segundo título de una saga juvenil. Y no será el último: quedan casetas por recorrer de aquí a las nueve de la noche, y sorteos, y juegos en un día que para ella y sus compañeras, a las que acaba de conocer, es una fiesta.

¿Y aquel caballero que camina solo hacia la salida del parque, huyendo del rumor constante de la feria? En la bolsa, un libro. El de Almudena Grandes. ¿Solo uno? "Qué le vamos a hacer. Hace que no voy a una librería...", y José Antonio busca la fecha exacta mirando al cielo. "Mira, ni me acuerdo. Qué pena, ¿verdad?".

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