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feria de san isidro
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¡Qué difícil es torear!

Román vivió en sus carnes la complejidad que supone la casta codiciosa de un novillo ante un público que es riguroso

Antonio Lorca
El novillero Román Collado da un pase a uno de sus astados durante su faena.
El novillero Román Collado da un pase a uno de sus astados durante su faena.paco campos (efe)

Llegaron tres novilleros punteros y mordieron el polvo del escaparate exigente de esta plaza aun con toros inadecuados para el triunfo, y uno de ellos, Román —que acudía en sustitución de Martín Escudero, lesionado en un pie—, vivió en sus carnes la dificultad que supone la casta codiciosa de un novillo ante un público que sabrá más o menos, pero que es riguroso en sus sentencias.

“Se acordará de ese novillo”, se lamentaba un vecino, consciente del valor y las cualidades de Román, pero convencido, también, de que el cuarto, de nombre Halagado, que acudió largo en el segundo puyazo y persiguió en banderillas, derrochaba un celo de casta brava y de acometividad constante, que requería una muleta con mucho mando a sus espaldas.

Román, al que le sobra corazón, brindó al público, asentó las zapatillas en el centro del anillo y citó por estatuarios a su oponente, que acudió como una bala y rozó la taleguilla del muchacho, que así aguantó hasta cuatro ceñidos pases sin enmendarse.

GUADAIRA, MONTEALTO / ROMÁN, CABALLERO, POSADA

Tres novillos de Guadaira, muy justos de presencia, mansos y descastados, y tres de Montealto —los tres últimos— mejor presentados y mansos; sosos quinto y sexto, y encastado y codicioso el cuarto.

Román: estocada baja (silencio); estocada (silencio).

Gonzalo Caballero: media ladeada y dos descabellos (ovación); estocada y dos descabellos (silencio).

Posada de Maravillas: pinchazo y bajonazo (silencio); estocada —aviso— (silencio).

Plaza de Las Ventas. 26 de mayo. Decimoctavo festejo de feria. Casi tres cuartos de entrada.

Pero lo más complicado llegó instantes después. Lo citó con la mano derecha y el animal obedecía con prontitud, y repetía una y otra vez en una cascada de embestidas que el novillero no acertaba a gestionar. Quizá es que el novillo demostraba más capacidad para embestir que el torero para mandar y templar.

Ya se sabe que el toro bravo plantea dificultades, no se deja, ni la nobleza encastada es tontuna; exige, por tanto, firmeza y decisión. Y lo cierto es que Román no le perdió la cara, pero sus pases, destemplados casi todos ellos, no encendieron la mecha de la emoción. Hubo un destello de mejoría por naturales, pero pronto volvieron los redondos con el torero ya vencido, que citó al hilo del pitón en un claro mensaje de que daba la batalla por perdida.

¡Qué difícil es torear! Y más en esta plaza y ante un novillo tan encastado. Román, que es torero con futuro, recibió ayer una dura lección que ojalá le sirva para mejorar. Condiciones no le faltan; y así lo demostró ante su primero, muy deslucido, con el viaje muy corto, con el que estuvo valiente y resolutivo. Se ganó una voltereta y el respeto de los tendidos.

Ovación y pitos

En la novillada remendada de Guadaira destacó un encastado Halagado, de la ganadería de Montealto.

El valiente novillero Román no pudo estar a la altura del mejor toro de la tarde.

Otro joven que venía con buenas credenciales era Posada de Maravillas, y la verdad es que no ha dejado buen ambiente. Ya planteó algunas incógnitas en su primera tarde, que no ha disipado en la segunda. Se lució con el capote por airosas verónicas, en un galleo por chicuelinas y por delantales. Creyó que ese primero serviría y lo brindó al público; pero el manso no tenía clase, y el torero acertó en algún pase aislado en el contexto de una labor larga, premiosa y aburrida. Tampoco le ayudó el sexto, y Posada de Maravillas sale de San Isidro con menos cartel que el que se le reconocía cuando llegó.

Caso muy distinto es el de Gonzalo Caballero. Es injusto que este hombre siga en el escalafón de novilleros. Tiene un valor por encima de la media —siempre cruzado al pitón contrario—, oficio suficiente, experiencia contrastada, conocimiento y buen gusto. Tiempo ha que llegó a la cima como novillero y, desde lo alto, cualquier oportunidad que no cuaje en triunfo es un paso atrás. Ayer no tuvo toros para demostrar nada, y lo que en otra plaza sería una tarde más, en esta es un examen crucial no aprobado y por el que, sin duda, se le pasará factura. Muleteó con sosiego y templanza a su primero, falto de movilidad, y se jugó el tipo en unas ceñidas bernardinas. Y lo intentó sin éxito con el descastado sexto, que no le permitió un pase.

La corrida de hoy

Toros de Fuente Ymbro y La Dehesilla para los diestros Uceda Leal, Curro Díaz y Matías Tejela.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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