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feria de san isidro
Crónica
Texto informativo con interpretación

Cuestión de expectativas

No salieron las cosas como muchos esperaban: no hubo casta a raudales ni fiereza

Fernando Robleño recibe con el capote a su segundo toro en Las Ventas.
Fernando Robleño recibe con el capote a su segundo toro en Las Ventas.santi burgos

Hora del aperitivo en cualquier taberna del Madrid castizo. O un poco más tarde ya. Soportando rondas de vermut de grifo y tinajas de vino de la casa, todas las barras escuchan atentas como los diferentes grupos de clientes abordaban la misma cuestión. Calderón o Las Ventas. Cholo o Escolar.

José Escolar tiene un gran nombre entre los aficionados madrileños. Merecido. Sin embargo hoy no salieron las cosas como muchos esperaban. No hubo casta a raudales, ni esa fiereza que transmite al tendido una constante sensación de peligro. Pese a ello, la corrida tuvo sus matices.

El punto álgido llegó en el tercio de varas del cuarto toro. Se arranca en largo en el primer encuentro y Pedro Iturralde pone el puyazo en su sitio. Lo dejan más en corto en el segundo y Pedro Iturralde vuelve a ejercer perfectamente la suerte. Ovación cerrada. La otra ovación de la tarde se la llevó poco después Ángel Otero, que saludó tras dos buenos pares.

JOSÉ ESCOLAR GIL / FERNANDO ROBLEÑO, PÉREZ MOTA Y MIGUEL ÁNGEL DELGADO

Toros de José Escolar, en tipo y astifinos, más toreables de lo esperado pero sin final (ovacionado el primero; leves palmas segundo y cuarto; silenciados tercero, quinto y sexto).

Fernando Robleño: estocada baja, estocada caída —aviso— y tres descabellos (palmas); dos pinchazos y pinchazo hondo —aviso— (silencio).

Pérez Mota: estocada caída (silencio); tres pinchazos y descabello (silencio).

Miguel Ángel Delgado: estocada (silencio); estocada (silencio).

Poco se vio con el capote durante toda la corrida. Con la muleta, lo más destacado llegó en el primer toro, el de más opciones de la corrida. Fernando Robleño supo tocarle las teclas y sacarle el buen fondo que tenía. Empieza con inteligentes doblones. El toro se le cuela en el primer derechazo, pero vuelve a intentarlo consiguiendo una buena tanda. Se cambia la muleta de mano y consigue naturales sueltos de mucho valor. Vuelve a la derecha y consigue cuatro derechazos con los que la plaza ruge. Otros dos y trincherazo. Le sobra la última tanda al toro y la faena queda emborronada por el mal uso de la espada. En el cuarto, consigue los mejores naturales cuando le deja la muleta muerta. Vuelve a fallar con los aceros.

Pérez Mota acusó la falta de rodaje con este tipo de toro.

Miguel Ángel Delgado mostró voluntad con el peor lote y destacó por el buen uso de la espada.

Al final, todos volvieron a sus casas recordando que ser colchonero, taurino, ¡o ambos!, no es tarea fácil. Se consolarán pensando que pocas cosas hay tan bonitas.

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