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OBITUARIO

Jesse Winchester, el cantautor insumiso

El creador de éxitos como 'Say what' o 'Well-a-wiggy' vivió gran parte de su vida refugiado en Canadá por su oposición a la guerra de Vietnam

Diego A. Manrique
Jesse Winchester, cantautor, en torno a 1970.
Jesse Winchester, cantautor, en torno a 1970.GETTY

Los libros de historia cuentan que, durante la guerra de Vietnam, unos 100.000 estadounidenses que resultaron elegidos para el servicio militar abandonaron el país. Muchos terminaron en la Suecia socialdemócrata, aunque fueron más los reclutas renuentes que simplemente cruzaron la porosa frontera del norte y se instalaron en el vecino Canadá, para irritación de los estrategas del Pentágono.

Uno de ellos era James Rideout Winchester. Su decisión tenía doble valor ya que había nacido (17 de mayo de 1944) en Shreveport, en el Estado de Luisiana, parte de ese sur profundo que en general mantuvo su apoyo a la intervención en Asia, incluso cuando resultó evidente su inutilidad.

Conocido artísticamente como Jesse Winchester, en Canadá encontró simpatías políticas y una legislación que promocionaba decididamente la música autóctona. Uno de sus patrocinadores más entusiastas fue Robbie Robertson, que apreció su suave melancolía, sus recursos literarios y su riqueza melódica dentro de los esquemas del folk y el blues; el hombre de The Band se convirtió en su primer productor. También contó con el respaldo de los músicos de Tennessee que posteriormente formaron los Amazing Rhythm Aces.

Aunque no podía actuar en Estados Unidos, sus discos se vendían y sus canciones entraron en el repertorio de muchos artistas. Eran temas que desbordaban amor por las gentes y los lugares que había dejado atrás, como The brand new Tennessee waltz, Biloxi, Mississippi you’re on my mind o Yankee lady. Buen narrador sobre el escenario, un afilado sentido del humor también le permitía ironizar sobre las peculiaridades de su situación personal.

Con la llegada de Jimmy Carter a la Casa Blanca, hubo un renovado intento gubernamental de cerrar las heridas de Vietnam. Se dice que el caso de Jesse Winchester —que se había convertido en ciudadano canadiense en 1973— hizo que se ampliara la generosidad presidencial: inicialmente, el perdón no se aplicaba a los insumisos que habían huido y adquirido otra nacionalidad; al final, se eliminó esa excepción.

Amnistiado, Winchester pudo actuar desde 1977 por Estados Unidos, donde encontró hueco en el circuito del folk y los cantautores, presentándose en solitario. Aunque los principales derechos de autor le llegaron gracias a artistas country como Wynona Judd, George Strait, Reba McEntire o Emmylou Harris, sin olvidar las voces soul de las Weather Girls, que grabaron su Well-a-wiggy. Su único éxito bajo su nombre llegó en 1981, con Say what. En 1988, fue acogido con los brazos abiertos en Nashville, donde grabó Humour me con un equipo superlativo de instrumentistas. Al año siguiente, Rhino editó el recopilatorio The best of Jesse Winchester.

A partir de 2002, Jesse se estableció definitivamente en Estados Unidos, aunque no eligió su mitificado Memphis como hogar: prefirió Charlottesville, la pequeña ciudad de Virginia. Allí le detectaron un cáncer en 2011, que pareció superar. La enfermedad se le reprodujo y debió suspender una gira europea que le traía en marzo a España. Murió el 11 de abril y cuentan que fue de forma plácida, en su casa y rodeado de los suyos. Tenía 69 años y deja una docena de canciones inoxidables.

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