La jungla urbana
Las camisas hawaianas y la estética tropical bajan de las pasarelas para tomar la calle La prenda se inventó en 1935 como un 'souvenir' de Honolulu
¿Qué? Los estampados son los protagonistas absolutos del estío. Junto a los motivos pictóricos —explotados por Cèline o Chanel—, la estética tropical consigue transitar con éxito de la pasarela a la calle. Rica en connotaciones positivas y tan irónica como comercial, se consolida tras varias temporadas de tímidas tentativas.
¿Cuándo? En el volátil mundo de la moda existen pocos axiomas inmutables, pero el concepto Miuccia Prada lo hizo primero está a punto de convertirse en ley universal. En septiembre de 2010 la diseñadora italiana presentó un trabajo enhebrado por estampados de plátanos y piñas, que luego revisitaría en su propuesta masculina para la primavera de 2012. Hace nueve meses, Stella McCartney y Givenchy se sumaban al espíritu tropical. Sus colecciones crucero presagiaban lo que los desfiles para esta primavera/verano ratificarían en septiembre.
¿Quién? Prada recupera los hibiscos en sus abrigos de piel, Christophe Lemaire se inspira en los paisajes del pintor naif Henri Rousseau para Hermès, y Armani apuesta sobre seguro refugiándose en la selva. Marc Jacobs oscila entre la surfera de Los Ángeles y una naturalista victoriana, mientras Saint Laurent declina la camisa hawaiana en clave retro para su línea masculina. Inditex, Mango y otras cadenas de precios asequibles como Top Shop tampoco se quedan atrás. Gracias a ellas, este verano las calles españolas se parecerán más que nunca a la jungla.
¿Dónde? Si pudiese marcarse en un mapa el origen histórico de esta tendencia, la chincheta señalaría Honolulu. La primera camisa hawaiana se vendió en esta ciudad en 1935. Con un patrón cuadrado, cuello en uve y motivos vegetales, nació como un souvenir en la tienda Musashi-ya shoten, según revela Dale Hope, autor de Aloha shirt: spirit of the islands (Camisa aloha: el espíritu de las islas). Tras el fin de la II Guerra Mundial y la vuelta al continente de los militares estadounidenses destinados en la isla comienza su época dorada. Uno de sus momentos cumbre sería la publicación en 1961 del disco Blue Hawaii de Elvis Presley. En su portada, el cantante aparece ukelele en mano y ataviado con la mítica prenda. Desde entonces, esta camisa identifica a tres tribus bien distintas: los surferos californianos, los turistas estadounidenses y los amantes del retrokitch, con Polyester (1981), la película de John Waters, como GPS estético.
¿Por qué? “Después de años de estampados geométricos y florecillas románticas, apetece algo más fresco”, argumenta Nagore Pecharroman, diseñadora de Loreak Mendian. La firma vasca ha escogido la palmera como leit motiv de una colección que, según su responsable, está funcionando muy bien en las tiendas. “En parte gracias a que se trata de un dibujo sutil. La única desventaja del estilo tropical es que satura pronto. Te pones una camisa de cocos muy llamativa dos veces y ya eres la de la camisa de cocos”, bromea Pecharroman. Para el experto en la materia Dale Hope, el éxito de esta tendencia reside en los valores que asociamos inconscientemente a la icónica camisa hawaiana y a sus primos hermanos. Como explica a The Wall Street Journal, “al ponerte estas prendas te sientes un poco de vacaciones. Es como si llevarlas te diese permiso para tomarte una cerveza más”.
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