Los periodistas los prefieren locos
Los ejemplos más o menos ilustres
—el padre Arolas, Hölderlin,
Dino Campana, Leopoldo María—
no me hacen preferir a los poetas cuerdos
los locos, tan queridos por el público
—el mismo que en el circo, entre los dos payasos,
se queda con el tonto, y es al tonto en el pueblo
al que ríe las gracias—
y por los periodistas.
La locura convierte al poeta en juguete
indefenso y roto,
y en tierra seca su cerebro,
que los poemas desmenuzan.
¿Qué hubiera escrito, cuerdo, Hölderlin
la mitad de su vida
en que apenas si pudo balbucear?
No hay más locura válida
que la que guía al cuerdo.
Jesús Munárriz es poeta y editor de Panero en Hiperión.
Panero por tierra, mar y aire
POESÍA: Por el camino de Swan (1968).
Así se fundó Carnaby Street (1970).
Teoría (1973).
Narciso en el acorde último de las flautas (1979).
Last River Together (1980.
El último hombre (1984).
Poemas del manicomio de Mondragón (1987).
Contra España y otros poemas no de amor (1990).
Locos (1992).
Heroína y otros poemas (1992).
Guarida de un animal que no existe (1998).
Locos de altar (2010).
NARRATIVA: El lugar del hijo, Dos relatos y una perversión o Palabras de un asesino.
ENSAYO: Aviso a los civilizados, Mi cerebro es una rosa y Prueba de vida. Autobiografía de la muerte.