Pixar, la gran ausente de la gala

Lo impensable es una realidad en la 86ª edición de los Oscar. Por primera vez en la historia del estudio, Pixar no compite por un Oscar, ni en largometraje ni en la categoría de cortometraje animado ni en cualquier otro apartado. Los estudios fundados por John Lasseter en 1986 poseen hasta la fecha 7 de las 11 estatuillas repartidas en la categoría de largometraje de animación y el propio Lasseter, a sus 57 años, tiene cuatro oscars, dos de ellos como cortometrajista. Pero este año, nada. En total, los estudios con sede en Emeryville (California) han logrado 27 estatuillas para una filmografía de 14 largometrajes y 15 cortos, casi a uno por película. Pero Monsters University no consiguió este año ni la candidatura.

¿El principio del fin para un estudio que hasta ahora nunca dio un paso en falso? Como asegura el propio Lasseter, es una idea difícil de creer cuando uno es capaz de amasar en la taquilla mundial una cifra cercana a los 546 millones de euros con la misma película ahora criticada. “Seguimos siendo un estudio fuerte”, aseguró Lasseter a la prensa a pesar de que de los tres últimos estrenos del estudio solo uno, Brave, llegó al Oscar. (Cars 2 tampoco fue nominada pero ese año Pixar al menos compitió con el cortometraje La luna). “No hacemos esto para ganar premios aunque invertimos mucho tiempo y los trofeos no nos molestan”.

Eso es indiscutible. A lo largo de su historia Pixar ha recaudado unos 6.200 millones de euros en la taquilla internacional y Monsters University es el tercer estreno más recaudador de su filmografía. Sin embargo, el pasado 22 de noviembre el estudio despidió a un 5% de sus empleados tras retrasar 18 meses su próximo largometraje, The good dinosaur, por problemas en su historia. Su director, Bob Peterson, ha dejado el proyecto (aunque permanece en Pixar) al no ser capaz de encontrar un correcto tercer acto. Todo esto además de las continuas críticas recibidas por apoyarse en los últimos años en las secuelas de sus grandes éxitos en lugar de buscar nuevas historias. Tras Cars 2 y Monsters University Pixar tiene previsto para 2016 el estreno de Buscando a Dory, la continuación de Buscando a Nemo.

Lasseter recibe ataques hasta en su estudio, que ven cómo Pixar pierde su esencia mientras Disney gana el prestigio perdido por ellos. De hecho el hombre que salió bufando y despedido de los estudios Disney hace tres décadas ahora es su director creativo y la persona que llevará al estudio, con toda seguridad, a su primera estatuilla en la categoría de mejor filme de animación (Blancanieves y los siete enanitos ganó un Oscar de honor cuando todavía no existía la categoría). Frozen, el último largometraje de los estudios Disney, es el favorito en esta edición de los Oscar lo mismo que ocurre con el cortometraje Get a horse!, la vuelta de Mickey Mouse al cine. Lasseter insiste en la gran diferencia que existe entre ambos estudios aunque desde que Disney adquirió Pixar por 5.386 millones de euros en 2006 él sea la cabeza pensante en ambos. El animador y director también ha aplicado en Disney el mismo esquema de trabajo que funcionó durante años en Pixar, sometiendo cada producción a una proyección abierta dentro del estudio cada tres meses y donde todo el mundo puede hacer sugerencias.

La semana de Lasseter empieza en Emeryville los lunes, baja los martes y miércoles a Los Ángeles, a los estudios de Disney en Burbank, y vuelve jueves y viernes al estudio que fundó. Quizá tenga que empezar a pasar más tiempo en Pixar si quiere mantener el nivel que hizo de este estudio algo diferente con películas como Up, Los Increíbles, Wall-E, Ratatouille o cualquiera de los tres Toy Story. Los inversores no parecen preocupados con la falta de un oscar, contentos, como el presidente de la compañía, Bob Iger, con la política de secuelas que da dinero. Solo habrá que sobrevivir un año sin una producción de Pixar por el retraso de The good dinosaur. Y el estudio tendrá que aprender a sobrevivir un año sin la compañía del Oscar.