“Cineastas como yo estamos en peligro de extinción”
El director bosnio Danis Tanovic presenta en España 'La mujer del chatarrero' El filme obtuvo el gran premio del jurado de la Berlinale 2013
“No me podía creer la historia, aún no me lo creo... Aunque vivo en un país en el que cualquier cosa es posible: si me dicen que desaparece en Bosnia la ley de la gravedad, no me chocaría”. Danis Tanovic (Zenica, 1969) ha tenido una carrera errática desde que su imperial debut con En tierra de nadie. Y puede que La mujer del chatarrero, gran premio del jurado y galardón al mejor actor en la Berlinale de 2013, le devuelva a la senda correcta. Tras años viviendo en París, se mudó hace poco de vuelta a Sarajevo, y sintió de nuevo la locura balcánica. “Leí en el periódico la historia de esta mujer gitana que necesita un legrado y que no encuentra ayuda en ninguna parte”. Su marido, chatarrero, batalla contra la burocracia. “Le dije a mi productor: ahí está mi próxima película. Fui al pueblo y todo era cierto. Decidí no hacer el documental, y aunque ellos decían que no sabían actuar, ¡todo el mundo actúa! Nuestras caras cambian si nos ponen una cámara delante. La familia me decía: ‘Nunca hemos hecho esto’, a lo que les respondí: ‘Yo tampoco”.
Tanovic rodó en nueve días, con 70.000 euros. “Una cifra ridícula, un tesoro para mí”. Y una apuesta por un documental ficcionado que engancha al público: “No sé si lo hace. ¿Existe mi público? Yo soy un animal en peligro de extinción, los directores como yo estamos jodidos. Soy padre de cinco hijos, intento ser cineasta, profesor, hago películas de la única manera que sé. Mis amigos se burlan: ‘¿Por que no haces Spiderman?’. En fin... Disfruté en este rodaje, en los regalos que pasaban ante de la cámara. A veces como director eres un enfermo que disfruta con la destrucción”. Habla de cómo el chatarrero desguaza un coche o recupera una rueda de una bicicleta, ¿referencia buscada a la mítica Ladrón de bicicletas? “No, pero salté de felicidad con la cámara cuando lo vi”.
Que sean gitanos ahonda en la herida del racismo. “La gente es estúpida, ¿qué puedo decir? Que España crea que sus males proceden de Alemania o que miremos por encima del hombro a los gitanos... Deberíamos repensarnos como seres humanos”.
Babelia
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