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los retos de la cultura en crisis

El Gobierno rebaja el IVA del arte

El Gobierno da marcha atrás y baja de 21% al 10% el impuesto al sector del arte El cine, el teatro, la música y la danza, a la espera de nuevas medidas de apoyo

Foto: reuters_live | Vídeo: EL PAÍS LIVE

El anuncio de la bajada del IVA artístico fue una genuina sorpresa incluso para Alberto de Juan, embarcado como presidente del Consorcio de Galerías de España desde hace año y medio en una lucha por conseguir una reducción del gravamen. La portadora de las inesperadas noticias fue la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, quien comunicó al término del Consejo de Ministros de esta mañana que por decisión del Gobierno baja del 21% al 10% el impuesto que afecta a pintores, marchantes, fotógrafos, performers, galeristas y hasta a creadores de fallas. Era el caballo de batalla de mundo del arte en España. El cambio necesario —“vital”, decían— al que fiaban su mera supervivencia. Sus plegarias, equiparar la tasa de compraventa a los tipos imperantes en los países del entorno (en Alemania, un 7%; en Italia, un 10%; y en Bélgica, 6%), fueron por una vez atendidas.

Y pese a la cita de Santa Teresa preferida por Truman Capote (“más lágrimas se derraman por las plegarias atendidas que por las no atendidas”), el entusiasmo era general entre los galeristas. “Hemos dejado de ser los tontos de Europa, ahora podremos competir”, explicó Helga de Alvear a este diario. “Ni yo ni muchos colegas hemos asistido este año a ferias como la de París, Bruselas o Turín, porque no tenía sentido. Volveremos”, añadió Àlex Nogueras, de Nogueras Blanchard, con sede en Madrid y Barcelona. “Creo que se va a notar mucho en la próxima edición de ARCO, pese a la crisis. El ánimo es esencial, y los primeros en animarse van a ser los coleccionistas, tanto los que adquieren grandes obras a precios elevados como los pequeños compradores”, concluyó Carlos Urroz, director de la cita madrileña con el arte contemporáneo cuya proximidad (su celebración está prevista entre el 19 y el 23 de febrero) ha influido, a nadie se le escapa, en la elección de los tiempos para un anuncio que el Consorcio de Galerías y el resto de asociaciones contemplaron como un triunfo. La luz al final de un túnel de manifestaciones en el Reina Sofía, reuniones con representantes del ministerio de Cultura, de Presidencia y de Hacienda y finalmente una carta abierta al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se publicó en EL PAÍS en diciembre y que De Juan cree que fue definitiva.

“Han reconocido el error”, explica, “porque nos estaban inutilizando totalmente. Al arte nos afecta la subida del IVA más que a los demás sectores. Si suben la entrada del cine, nadie se va a coger un avión para ver las películas en París. Ahora, si a una obra de arte de 10.000 euros le subes el IVA provocarás que la gente se vaya al extranjero a comprarla”.

Pero como ninguna rebaja fiscal es inocente, la noticia dejó inmediatamente un rastro de perplejidad y cierta indignación en otros sectores culturales (que entonaron el tan español “¿qué hay de lo mío?”) y en las redes sociales, donde el debate derivó rápidamente: ¿se ha bajado solo el IVA cultural de los ricos? ¿no será todo esto un acto de privilegio a un medio cuyas transacciones implican mucho más dinero que, pongamos, la venta de una entrada de cine? Tanto Sáenz de Santamaría como fuentes del ministerio de Cultura afirmaron que este gesto será el primero de una serie destinada a reducir el IVA en el resto de las actividades culturales.

Antes y después

El anuncio supone una rebaja del IVA del 21% al 10% tanto para las transacciones entre galeristas y coleccionistas (antes de la subida, gravadas con un 18%), como para las celebradas entre artistas y marchantes (8%). Artistas y galeristas soportaban a medias el impuesto, por lo que las transacciones artísticas incorporaban un IVA real en torno al 14%.

La subida del impuesto decretada por el Gobierno a partir de septiembre de 2012 hizo que las entradas de cine, teatro y conciertos pasasen de estar gravadas con el 8% a soportar un 21%.

El IVA de los libros no cambió: se mantuvo en el 4%. El de los e-books sí; creció al 21%.

El principio de un camino que, en realidad, echó a andar, aseguraron, con guiños como el hecho al teatro en los Presupuestos Generales del Estado (su partida creció un 54%, sobre todo, debido a la creación del programa Platea, destinado a llenar de contenido escenarios municipales por toda España, vaciados con la crisis) o acuerdos como los alcanzados con el sector del cine, con el que se pactó en diciembre un nuevo modelo para aumentar del 18% al 25% (y hasta el 30%, según las previsiones más optimistas) la desgravación para los inversores en producciones fílmicas.

Con todo, no fue fácil encontrar ayer entre los perjudicados por el agravio comparativo (música, cine y artes escénicas, básicamente, todos afectados por una subida del 8 al 21%) a nadie dispuesto a entender esas sutilezas políticas. En un patrón bastante repetido (satisfacción por los compañeros del arte, pero sorpresa por la secuencia de la rebaja), Santiago Auserón, premio Nacional de Músicas Actuales, declaró a EL PAÍS: “Me alegro por el sector de artes plásticas. Tengo buenos amigos pintores y escultores, algunos de los cuales están pasando dificultades. Quizá hayan considerado que corre más prisa primar el mercado del arte, donde se mueven grandes sumas, donde quizá inviertan sus amistades o ellos mismos. Las artes escénicas son otra cosa, para las clases dirigentes se trata solo de farándula, que solo aprecian cuando van de juerga”. “A la música no la consideran ni arte, ni cultura”, abundó el promotor Carlos Mariño.

“Nosotros tenemos paciencia, pero no podremos aguantar mucho más”, advirtió Daniel Martínez, presidente de la Federación Estatal de Empresas de Teatro y Danza (FAETEDA), autora de un estudio que cifra en un 26% la caída de los ingresos en el primer año del nuevo IVA. ¿Y el cine? A ellos tampoco les sobra la virtud de Job. Ni mucho menos esperaban el anuncio de ayer.

En las dos reuniones mantenidas el jueves por el ministro de Hacienda, con la Academia de Cine y los productores audiovisuales en ningún momento dejó caer que 24 horas después el Gobierno daría la campanada con las artes. Fueron las exenciones fiscales y los pagos pendientes a las productoras las que protagonizaron ambos encuentros. Sin embargo, Montoro sí sacó el tema del IVA en la reunión con el sector de la producción, algo que para el presidente de la FAPAE, Ramón Colom, fue esperanzador. “Creo que en un plazo más o menos corto se acometerá la reducción del IVA en el cine”, señaló Colom.

Por el horizonte asoma el 9 de febrero la gala de los Goya, terreno de batalla habitual entre las gentes del cine y el Gobierno; una bajada del IVA contribuiría, obviamente, a templar los ánimos. Pero antes de eso, las galerías del distrito 28004 de Madrid, tienen una cita esta mañana para inaugurar sus propuestas de temporada con un desayuno en el que, avisan, invitarán a champán para celebrar la decisión fiscal.

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