El auge y auge de Chus Martínez
La comisaria española continúa su fulgurante carrera en el mundo del arte: tras pasar por el Museo del Barrio de Nueva York, se pasa a la docencia y dirigirá un instituto en Basilea
“La escuela de arte del siglo XXI no debe sólo dedicarse a la formación y el desarrollo de los artistas, sino también a enriquecer la vida pública”. Lo afirma Chus Martínez (A Coruña, 1972) que, en su imparable carrera hacia el estrellado del mundo del arte, acaba de dejar el Museo del Barrio de Nueva York, para asumir la dirección del Instituto de Arte de la Academy of Art and Design de Basilea (Suiza). Aunque desempeña actividades docentes de forma esporádica desde hace años, es la primera vez que la célebre comisaria española, conservadora jefe del museo neoyorquino desde octubre de 2012, deja el ámbito museístico para el académico.
El nuevo Instituto de Arte de la Academia de Arte y Diseño de Basel, al que Martínez se incorporará el próximo abril, forma parte de la expansión de la prestigiosa universidad en el barrio de Dreispitz, donde se acaba de construir un edificio que acogerá los diversos institutos con el objetivo de implementar una nueva cultura de campus. No se trata sólo de un cambio estructural, sino de una verdadera evolución conceptual para la mítica escuela, que por primera vez reunirá todas sus sedes y sus más de mil estudiantes en un campus unificado. “Dirigir una escuela es un reto. Desde hace mucho tiempo me intereso por las posibilidades que se pueden crear en un campus de las características del que se está construyendo en Basilea. Permite definir un currículo de trabajo con los profesores, plantear cuestiones, establecer áreas de investigación y hacer proyectos expositivos -están construyendo espacios para ello- con un carácter mas experimental, aunque sea en el marco académico”, asegura desde Nueva York Chus Martínez, fichada para liderar la transformación de la institución suiza, que empieza con ella una nueva etapa, más abierta a lo experimental y las nuevas tecnologías, con motivo de su reciente traslado al campus de Dreispitz.
“El perfil de Martínez, que se caracteriza por aunar el interés por la producción artística y la reflexión teórica, nos pareció ideal para encargarle la implementación de un ámbito interdisciplinario novedoso para el aprendizaje, la investigación y la práctica del arte y el diseño”, aseguró Kirsten Merete Langkilde, directora de la Academia, al anunciar el nombramiento que da el pistoletazo de salida al traslado, cuya conclusión está prevista para el otoño de 2014. Situada en el sur de Basel, la ex zona industrial de Dreispitz se está rápidamente convirtiendo en uno de los nuevos focos del arte contemporáneo de la ciudad, gracias al House of Electronic Arts, el espacio artístico Oslo 10, el centro de arte Schaulager diseñado por Herzog & de Meuron y ahora la Academia de Arte y Diseño. “Esto es un reto que sólo se puede llevar a cabo en equipo, pensando muy bien que queremos poner en común con artistas que quieren ser artistas y con un alumnado joven que quiere y debe tener un futuro en el arte y la cultura. La escuela forma parte de un nuevo campus unificado donde hay varias escuelas, eso significa una orquestación, un intentar entender qué hacen los demás y sus métodos. Diálogo, comprensión mutua y, al tiempo, producción de un espacio público, elocuente desde el campus mismo. Interrelación entre disciplinas que debe conducirnos a interrelaciones personales, que permitan una conversación sobre la naturaleza del conocimiento artístico y de cómo este arroja una luz muy singular sobre qué y cómo es posible y conocer”, indica Martínez, que considera el arte como “un creador de medio ambiente, de un fluido donde ponderar la velocidad estricta de la economía de producción, las nociones salvajes de crecimiento, las ideas contraproductivas de nuestra relación con lo no humano, la creación y destrucción de energías y recursos”.
En poco más de una década la comisaria española ha recubierto un extraordinario numero de cargos. Tras empezar su trayectoria en la Sala Rekalde de Bilbao, en septiembre de 2005 se convirtió en la primera directora mujer de la historia del Frankfurter KunstVerein, un centro de arte en pleno centro de Frankfurt, que no dudó en abandonar para sumarse al proyecto de Bartomeu Marí, director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) que la nombró comisaria jefe en mayo de 2008. Las desavenencias entre los dos fueron casi inmediatas y, aprovechando el tirón mediático de su aparición en la lista de los 101 comisarios más influyentes del mundo de la revista Flash Art, Martínez se incorporó al equipo de comisarios de la 13ª edición de la Documenta de Kassel. A su clausura fue fichada por el museo neoyorquino fundado en 1969 para estudiar y difundir las culturas latinas de Estados Unidos y la producción artística del Caribe y Latinoamérica y poco más de un año después vuelve a Europa.
“Entre Europa y los Estados Unidos hay muchas diferencias de estructuras y dinámicas sociales, culturales y económicas. Estados Unidos es, y más aun Nueva York, muy conservador. No puedo generalizar, cada situación es específica. En la costa este hay mas tradición filantrópica , por ejemplo, que en la costa oeste. Nueva York es también un caso especial por el turismo y la influencia que tiene en las audiencias y programas de las grandes instituciones. Europa siempre queda fascinada por cómo Estados Unidos presenta sus resultados. Sin embargo, si ya entre nosotros el sentido, los medios y los espacios para la experimentación son pocos, en Nueva York son menos. Curiosamente, son otras las ciudades más dadas a ese ejercicio. Somos muy distintos y, aun así, me puedo relacionar con los dos modelos. He aprendido mucho y ha sido una experiencia fascinante que completa la de Documenta, en la que trabajé a menudo muy de cerca con el modelo americano”, concluye Martínez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.