James Avery, el tío Phil de ‘El príncipe de Bel-Air’

“¡Will!”. A pesar de ser un gruñón y de sus constantes gritos y enfados, el tío Phil era uno de los personajes a los que los seguidores de la serie de los noventa El príncipe de Bel-Air tenían más cariño. El actor que le daba vida, James Avery, falleció el pasado 31 de diciembre en un hospital de Los Ángeles a los 65 años de edad como consecuencia de las complicaciones de una reciente operación a corazón abierto y en compañía de su mujer, Barbara, con la que llevaba casado 26 años. Poco después de conocerse la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de colegas del actor y de telespectadores que recordaban algunas de las secuencias más emblemáticas de la serie que le lanzó a la fama.

James Avery nació en Virginia, pero creció en Atlantic City (Nueva Jersey). Sirvió en la Marina durante la guerra de Vietnam tras haberse graduado en el instituto. A su regreso a Estados Unidos, empezó a escribir poesía y guiones de televisión para el canal PBS antes de graduarse en la Universidad de California.

Gran parte de su carrera como actor la desarrolló en la televisión, donde participó en series como Canción triste de Hill Street, La ley de Los Ángeles o, más recientemente, The Closer o Anatomía de Grey. James Avery también era un reconocido actor de doblaje. En esta faceta, había prestado su voz al villano Shredder de Las tortugas ninja, además de participar en el doblaje de multitud de series de dibujos animados, como Rambo, El príncipe Valiente, Aladdin o Iron Man.

La NBC canceló la serie

Pero el papel que le dio la fama y popularidad fue el de Phil Banks, abogado, posteriormente juez y patriarca de la familia protagonista de El príncipe de Bel-Air. La serie que lanzó a la fama a Will Smith se emitió en el canal estadounidense NBC entre 1990 y 1996 y en España se pudo ver en Antena 3 (actualmente, en Neox). En ella, Avery interpretó al tío del protagonista, Will, un joven de Filadelfia al que su madre enviaba a vivir con sus ricos parientes que residían en el barrio de Bel-Air, en Los Ángeles.

La insistencia de los fans

Aunque la cadena NBC decidió cancelar la serie tras su cuarta temporada, la insistencia de los fans hizo que se replantearan la decisión y se prolongara durante dos temporadas más, llegando finalmente a alcanzar los 148 capítulos en antena y convirtiéndose en una de las series de más éxito de los noventa.