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Diez canciones en la memoria sentimental

Desde hace casi medio siglo los temas de Serrat han acompañado a varias generaciones

Ara que tinc 20 anys

En el año 1966 aparecía el segundo disco de Serrat encabezado por una vibrante proclama de afirmación biológica. Serrat seguía la estela existencialista del Raimon pionero que proclamaba su primer grito juvenil a los cuatro vientos. Ara que tinc 20 anys lo perfila como uno de los abanderados de la Nova Cançó y señala en clave afirmativa aquella “juventud divino tesoro” del poeta de ultramar que recorre con alma rebelde la década de los años sesenta. Serrat reivindicaba por primera vez su fidelidad identitaria a un paisaje y un mar “tan nostre”.

Cançó de matinada

En la primavera de 1967 saltaba esta canción a las listas de éxito. La composición constituye para Serrat su talismán y confirmación profesional. El estudiante de Biológicas deja atrás un futuro académico por un presente en interrogante y musical. En la sociedad española de los años sesenta que se entregaba en cuerpo y a plazos a la sociedad de consumo, Serrat fijaba su atención en un mundo rural que se abría de par en par a las primeras horas del amanecer lejos del mundanal ruido…

Poco antes que den las diez.

Con el título de “no radiable” la censura franquista etiquetaba esta canción y la dejaba fuera del paraíso radiofónico. Serrat sacaba a luz uno de los tabúes y mandamientos de la moral española: El toque de queda de las 10 de las noche como muro de contención de la virginidad femenina. Un hombre y una mujer acababan de mantener una relación sexual, a partir de este instante, la secuencia completa de una despedida amorosa con las señales de un reloj marcando las diez de la noche como punto final de la historia.

Cantares

En el verano de 1969 un terremoto sacude los modernos hit-parades y la llamada Canción del Verano. Un disco con poemas musicalizados de Antonio Machado, poeta de aquella España republicana y vencida, se coloca entre los más vendidos bajo el sol y el olor de bronceado. La llamada canción de autor cruza la línea Maginot y temas como CantaresLa saeta modulan esta nueva sensibilidad con ecos pop. El golpe a golpe acabará imponiéndose finalmente al chi-ri-bi-bi-po-po-pon.

Mediterráneo

Álbum y canción donde se funden todas las caras serratianas: Romántica, sofisticada, social, popular…Serrat se hermana al Georges Brassens de la Supplie pour être enterré à Sète y a la tradición –rozando el kitsch- sentimental del cancionero español. La canción acaba cohesionando un disco que no respondía a ninguna voluntad unitaria o conceptual, Serrat construye su álbum solar y el tema viajará uniendo a varias generaciones.

Para la libertad

Los versos vigorosos de Miguel Hernández le sirven a Serrat para postular su cara más antifranquista y comprometida. Despues de haber desafiado al franquismo con su negativa a ir a Eurovisión y su condena de las últimas penas de muerte impuestas por la dictadura, Serrat se erige al otro lado del Atlántico como el símbolo de la lucha contra las dictaduras argentina, chilena, uruguaya…

Pare

A finales de 1973 Serrat se colocaba en primera línea haciendo sonar la alarma ecologista. Una canción de evocación ambigua -figura familiar o deidad panteísta- con aire de romance trovadoresco recorre toda la cadena ecológica avanzando hacia un clímax final dramático: La llamada general a la defensa de la tierra que cierra momentáneamente un combate que solo ha hecho que empezar.

Cada loco con su tema

Solo hace poco más de un año que se ha producido la gran victoria socialista en toda España. Serrat proyecta en sus canciones ese deseo de cambio y transformación que recorre la sociedad española. Conciertos multitudinarios en plazas de toros y palacios de deportes testimonian esta convergencia de intereses y deseos entre el intérprete y el público. Serrat vuelve a definir sus puntos cardinales: “Prefiero los caminos a las fronteras, y una mariposa al Rockefeller Center…”.

Hoy puede ser un gran día

La frase atribuida al padre socialismo Pablo Iglesias es el saludo de bienvenida o el canto de despedida con el cantante invita a su público a no renunciar a los sueños ni a dejarlos en manos de los mercaderes. Es el Serrat que había proclamado sus deseos de vivir para vivir y convida a subirse al Carrusel del Furo para viajar al País de la infancia. El Serrat que cada día viste su pesimismo con su mejor traje de optimista.

Paraules d’amor

Una noche de verano regresando de un concierto Serrat se detuvo en un pueblo de L’Empordà que estaba en fiestas. En la verbena una orquesta tocaba sus Paraules d’amor. La canción finalmente había llegado a su destino. Desde hace más de cuarenta años que “les velles paraules d’amor” viajan en el corazón de diferentes generaciones señalando esa estación donde se cruzan las puertas cerradas y prohibidas por primera vez.

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