Paul Torday, autor de éxito tardío
El escritor inglés publicó a los 61 años ‘La pesca del salmón en Yemen’
La historia casi surrealista sobre un proyecto para introducir el salmón en un desértico país de la península de Arabia convirtió al empresario inglés Paul Torday en un novelista de éxito cuando ya era sexagenario. El autor de La pesca del salmón en Yemen (2007), fallecido el pasado miércoles a los 67 años, consiguió vender más de medio millón de copias en Reino Unido con su debut literario que también fue objeto de una adaptación a la gran pantalla.
Protagonizada por los actores Ewan McGregor y Emily Blunt, la película de título homónimo estrenada en 2011 adaptaba a las costuras del cine más comercial la novela de Torday, un relato de ficción que compila una colección de circulares, e-mails y anotaciones de diario sobre los planes de un jeque yemení de introducir la pesca del salmón en su tierra. Un ambicioso asesor del primer ministro (en el filme, una mujer interpretada por Kristin Scott Thomas) ve en ese proyecto absurdo la oportunidad de mejorar la imagen de Reino Unido en Oriente Medio y embarca en él al Gobierno británico. Esa obra que rezuma calidez e ironía, y que denuncia un sistema político basado en el impacto de la imagen, permitió al autor volcarse en su vocación de juventud: desde la publicación de aquel primer libro y hasta su muerte escribió un nuevo título cada año.
Nacido en 1946 en Croxdale, localidad del norte de Inglaterra, Paul Torday empezó desde muy joven a cultivar la poesía (ganó un concurso nacional a los 16 años) y obtuvo una beca para estudiar Literatura Inglesa en Oxford, aunque acabó decantándose por la empresa familiar dedicada a las obras de ingeniería tras realizar un curso de negocios en Manchester. No dejó por ello de escribir poemas para una revista, e incluso ultimó dos novelas, pero nunca intentó publicarlas hasta cumplidos los 61 años, cuando salió al mercado La pesca del salmón en Yemen.
Pocos meses antes se le había diagnosticado un cáncer contra el que luchó hasta su muerte, el 18 de diciembre en su casa de Northumberland. Deja esposa y dos hijos. “En muchos sentidos, Paul inventó su propio género”, ha subrayado su editora Kirsty Dunseath sobre un autor que desde su original opera prima ejercía de “amable observador de las debilidades de la naturaleza humana y de nuestro comportamiento social”.
Babelia
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