De Liverpool a la historia

Tras el fulgurante triunfo de su primer álbum, The Beatles corroboraron con su segundo trabajo que su ascenso a la fama mundial era imparable. Publicado en noviembre de 1963, solo unos meses después de su debut Please, please, me, With The Beatles supuso la consolidación de los cuatro de Liverpool no solo como el grupo más importante de Reino Unido, sino también como el mejor representante de la efusividad e inocencia que acompañaba a la hambrienta y hedonista juventud surgida del baby boom.Sus composiciones sencillas y directas, de una extraordinaria energía, ya eran la banda sonora de los jóvenes británicos y estaban a punto de dar el salto al otro lado del Atlántico para conquistar a la audiencia norteamericana.

Para ello, repetían fórmula: compaginaban las canciones de cosecha propia con las versiones de los nuevos clásicos estadounidenses. El método servía de perfecto lazo para que su historia se escribiese con letras de oro en ambos lados del charco desde sus primeros pasos. En With The Beatles, los Fab Four volvían a mostrar su amor al más vibrante cancionero de la nueva Norteamérica, ilustrada por el rugir de las guitarras de la primera ola del rock and roll, como en la excelente versión de Roll over Beethoven de Chuck Berry, y por el incipiente soul de la factoría Motown, como en All I’ve got to do y You really got a hold on me de Smokey Robinson o Please, Mister Postman de The Marvelettes, composiciones las tres que eran idóneas para la alegría que irradiaban los Beatles en sus grabaciones o sobre un escenario.

Pero también estaba la excelente aportación beatle al mundo del rock. Grabado en los estudios de Abbey Road, bajo la inteligente batuta del productor George Martin, que sería esencial para configurar sus primeros trabajos, en este segundo disco brilla todo lo que los Beatles simbolizaban. Las alegrías y los sinsabores del amor juvenil o los eternos sueños adolescentes quedan representados en un vendaval sonoro compuesto de eufóricas voces, intensos riffs de guitarra, estribillos pegadizos y melodías intachables. All my loving, I wanna be your man, cantada por Ringo, o Don’t bother me, primera partitura aportada por George Harrison, son buenos ejemplos al respecto.

La gira por las islas, donde llegaron a ser teloneros de Roy Orbison, también ratificaba que su seducción no tenía límites, haciendo que la histeria de sus seguidores, especialmente el sector femenino, alcanzase niveles inverosímiles. Dicho de otro modo: With The Beatles era la catapulta perfecta para que la beatlemanía se quedase instalada para no marcharse. Pero señalaba algo más: esos cuatro muchachos, que aparecían mirando al frente en la portada del disco con sus jerséis negros de cuello alto, estaban preparados para hacer historia.