La voz de las máquinas

Echen un vistazo a la foto del estudio de Mathew Jonson en esta página y entenderán porque es una de las voces más particulares de la música electrónica. Autor de himnos como aquel Marionette que le propulsó a la fama internacional, es también el creador de un sonido único construido a la antigua, con toda suerte de máquinas (dice que tiene casi todos los clásicos de Roland y Yamaha) y unas melodías que brotan de las yemas de sus dedos, dice él, guiados por la mano de Dios. Ahí es nada. Afincado en Berlín desde hace 6 años y miembro de grupos paralelos como Cobblestone Jazz o Modern Deep Left Quartet,  se ha convertido en una de las figuras más importantes de la escena en los últimos años. Para celebrar su paso por el club KER de Barcelona este pasado fin de semana, ha grabado para EL PAÍS un live set y ha contestado a un cuestionario donde desgrana sus orígenes musicales y su visión sobre las nuevas generaciones de productores.

P. ¿Cómo empezó tu interés por hacer música?

R. Vengo de una familia muy musical y siempre fue mi vida. Entré en la electrónica en los ochenta de la mano de la escena del breakdance en Norteamérica. Mis padres tenían equipo de estudio al que me acerqué cuando era un niño.

 P. ¿Cuáles fueron tus influencias más tempranas?

R. Cuando empecé a hacer música eran cosas como Future Shock de Herbie Hancock, Michael Jackson y cosas como There’s no stopping us, de Ollie & Jerry, y Ain’t nobody de Rufus y Chaka Khan. Más tarde, descubrí el hip hop y el rap con Public Enemy, Tribe Called Quest, Black Sheep, 2 Live Crew y empecé a querer hacer beats como esos. No descubrí el techno hasta al menos 10 años más tarde.

P. ¿Tuvo algo que ver la cercanía de tus padres con la tecnología en tu descubrimiento de la electrónica?

R. Cuando ellos me ofrecieron apuntarme a clases de piano compraron un piano digital y un secuenciador. Eso es quizá algo que mi padre quería más que mi madre, pero no lo usaron demasiado. Enseguida empecé a obsesionarme con ello, así que mi viaje a la electrónica empezó ahí. Aprendí intentando reconstruir la música que me gustaba de la radio y de los vídeos de televisión. Tengo que decir que no me salía demasiado bien, pero era una buena manera de aprender.

P. ¿Siempre trabajas con equipo analógico?

R. Algunos de mis sintetizadores favoritos son digitales, pero la mayoría de mis aparatos son analógicos, sí. Para mí la mejor manera de componer es con una paleta amplia de instrumentos. Todos tienen su fuerza.

P. ¿Y qué te parece cómo ha evolucionado el software creando a miles de productores que antes no hubieran sido capaces de manejar una máquina?

R. Estoy contento que hacer música sea más accesible para la gente. Es algo de lo que todo el mundo debería ser capaz de disfrutar. Si la gente trabaja duro y se educa musicalmente tiene sentido. Pero tener un gran estudio y sintetizadores pintones es solo un lujo. Todo esto va sobre el músico y su talento, no sobre el equipo que usa.

P. ¿Cómo ha cambiado la electrónica desde que empezaste? ¿Crees que empieza recibir el reconocimiento cultural que merece?

R. Depende de dónde mires. Normalmente encuentro la mejor música en los clubes más pequeños con artistas desconocidos. Si hablamos de reconocimiento cultural diría que probablemente no ha llegado. La generación más joven parece que que cree que pueden samplear lo que quieran y etiquetarlo como suyo, creo que eso es justo lo opuesto al respeto o a mostrar algún tipo de reconocimiento.

P. ¿Qué tipo de aparatos tienes en tu estudio?

R. Tengo la mayoría de aparatos clásicos de Roland, Yamaha y Sequential Circuits, con equipo modular.

P. Qué grado de improvisación hay en tus directos?

R. Alrededor de un 50% cuando toco solo. Con Cobblestone Jazz sube a un 60% y con el Modern Deep Left Quartet es del 100%.

P. Por cierto, ¿cómo van esos proyectos paralelos?

R. La semana que viene tenemos una sesión de estudio en Canadá con Cobblestone para nuestro nuevo álbum y lo mismo te diría de MDLQ. Habrá mucha música nuestra en los próximos meses.

P. ¿Resulta complicado escapar de un gran hit de la electrónica que compusiste como Marionette, que la gente no siga esperando siempre algo parecido?

R. Para mí es un tema como otro de mi repertorio. En realidad es algo que tiene que ver con el gusto personal de la gente.

P. ¿Cómo sueles componer los temas?

R. Uso todo tipo de métodos, pero lo más importante es que me encierro en el estudio y escribo lo que está dentro de mí. A veces eso se logra a través de la experimentación y otras es más algo más conceptual. Pienso lo mismo que Quincey Jones sobre la melodía, eso de que viene de Dios. Tienes que dejar al universo fluir a través de las yemas de tus dedos para capturar las mejores melodías.