Tras las huellas inéditas de Pietro Bellotti, el otro Canaletto
El museo Ca Rezzonico de Venecia reúne 43 pinturas nunca antes vistas en Italia, cuyo autor es uno de los protagonistas poco conocidos del vedutismo
Han pasado 250 años, pero nunca es tarde para volver a casa. Pietro Bellotti, sobrino de Antonio Canal, más conocido como Canaletto, rompió en 1775 toda relación familiar, sacrificó un futuro prometedor en el laboratorio de su tío para buscar fortuna en Europa y crear un estilo propio. Pintor talentoso, poco conocido, pero digno de un espacio en la historia del vedutismo, regresa a Venecia. Retorna con una nuestra en la que se respira una atmósfera nostálgica por el artista y, que pretende convertirse en un acontecimiento de gran valor artístico y científico.
Los comisarios Charles Beddington, Domenico Crivellari y Alberto Craievich llevan meses maquinando la primera monográfica dedicada a Pietro Bellotti, sobrino del maestro del vedutismo, Canaletto, quien se acercó al género, gracias a los trucos aprendidos en la construcción de escenografías para teatro creadas por su padre, Bernardo Canal. Bajo el título, Pietro Bellotti, el otro Canaletto, el museo Ca Rezzonico, sede de la historia de la pintura veneciana del siglo XVIII, expone 43 pinturas nunca antes vistas en Italia, provenientes de colecciones privadas europeas y estadounidenses. Pueden observarse del 7 de diciembre hasta el 28 de abril 2014 vedutas de Venecia y Europa. “El vedutismo es un género muy interesante porque permite descubrir personalidades nuevas. Hace 50 años se pensaba que solo existían Canaletto, Bellotto (hermano mayor de Pietro) y Guardi. No se conocían otros. Hoy somos capaces de saber que existieron muchos artistas que hacían panorámicas y tenían un estilo autónomo, como Pietro Bellotti (que se firma Bellotti, el plural en italiano de Bellotto). La historia del arte no solo se puede escribir através Leonardo da Vinci, Caravaggio, Monet”, comenta a EL PAÍS, Alberto Craievich, director del museo Ca Rezzonico, espléndido palacio veneciano que se asoma al Gran Canal.
La vida de Pietro Bellotti podría ser el guion de una telenovela. El padre de Pietro navega en las aguas oscuras de la mala vida en la Venecia del siglo XVIII. Por aquellos días, la ciudad era famosa por sus burdeles, casas de juegos, cafés y teatros. El progenitor abandona la madre y cinco hijos, en 1725 cuando Pietro tenía un año. El inicio precoz de Pietro Bellotti en el taller de Canaletto obedece a la necesidad de contribuir a la economía familiar, que por algunos años vivió en la miseria. Entra al laboratorio de Canaletto con 15 años, y súbito aprende a dibujar líneas de edificios y los secretos del vedutismo. Corría el año 1740 y en el taller de Canaletto se vendían como lingotes de oro las panorámicas de la vieja urbe. Su hermano mayor, Bernardo ya llevaba un par de años al lado de Canaletto. ¿Cabe preguntarse por qué razón Pietro rompe con la familia y decide buscar fortuna lejos de casa? Todo parece indicar que la brusca la decisión está relacionada con la rivalidad artística entre Pietro y Bernardo. “La hipótesis es que Pietro tenía una relación más estrecha con el abuelo, no solo afectiva, sino también de aprendizaje. Es evidente que su obra recibe más influencia del abuelo que del tío. Canaletto prefiere al hermano Bernardo”, escribe en el catálogo, el comisario Domenico Crivelari. Cuando muere el abuelo, Canaletto cierra el taller y viaja Londres. Un reciente descubrimiento demuestra que Pietro debió pagar a su hermano Bernardo para que le enseñara la técnica del vedutismo. Y tal parece esa fue la gota que derramó el vaso.
Hay pocos rastros en la biografía casi desconocida de Bellotti. Se sabe que con 22 años huye de Venecia para siempre. Se sabe que tuvo una vida aventurera, al mejor estilo de Casanova hasta que decide sentar cabeza y contraer matriomonio con una joven de Tolouse, llamada Francoise. Juntos tienen 10 hijos, de los cuales sobreviven solo cuatro. En 1762 se separa de la familia para buscar fortuna en Inglaterra. Enfurecida, la mujer vende 22 pinturas halladas en la casa de Tolouse. Gracias a los ensayos de Charles Beddignton, uno de los tres comisarios de la muestra, publicados entre 2005y 2007 ha sido posible reconocer la paternidad de diversas obras de Bellotti. “No solo vivió en Francia. Era un hombre que viajaba tanto, visitó Londres, Dresde, La Haya, Viena, Lisboa. Posee un gran valor artístico, porque no quiso ser nunca un simple copista de las cosas que hacían otros vedutistas. Luchó por tener una fuerte individualidad y un estilo peculiar”, señala Craievich.
De su muerte, se sabe que ocurrió en Francia, entre 1804 y 1805. ¿Qué habría sido de Pietro Bellotti si hubiera continuado su carrera en Venecia? “Talvez hubiera continuado con el taller tío, Canaletto. Hay que reconocer en Bellotti la capacidad de desarrollar una luminosidad intensa, cristalina. La luz es innatural, no tiene el valor atmosférico. Pero ninguno es capaz superar a Canaletto, ni siquiera el hermano de Pietro, Bernardo. Canaletto es Canaletto”, zanja Craievich.
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