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La elegancia de un cuerpo extraño

El productor y dj español Damián Schwartz lanza su último EP y graba un mix para EL PAÍS

Daniel Verdú
Damián Schwartz.
Damián Schwartz.Nelo Fernández

Podría decirse que Damián Schwartz (Madrid, 1983), sin ser un exiliado, es madrileño por una cuestión política. Sus padres llegaron a España desde Buenos Aires en 1977 huyendo de la dictadura militar. A toda prisa. Una noche, su padre, entonces periodista de la agencia Reuters, leyó un teletipo en el que se describía las características de un cadáver que se había hallado (en realidad asesinado por algún matón del régimen de Videla) que coincidía con el de un amigo. No era el primer aviso. Aquella noche, su esposa y él decidieron que ella se marcharía a España y él la seguiría poco después vía Brasil. Damián nació al cabo de algunos años en Madrid, pero durante un tiempo todavía vivió a caballo entre ambas ciudades (incluso pasó dos años en Argentina).

La anécdota biográfica de esta pequeña diáspora sirve también como metáfora de su carrera. La de un magnífico productor de electrónica y dj que siempre ha sido algo así como un elegante cuerpo extraño en la escena musical española (si es que existiese tal cosa). Solicitado en los mejores clubes internacionales (Robert Johnson, Panorama, Rex, D-Edge o Fabric), en su país es todavía para algunos un desconocido. A través este set exclusivo para EL PAÍS (que precisamente arranca con un impresionante tema llamado Buenos Aires), descubre una vez más su gusto por la elegancia en el ritmo y la textura electrónica menos convencional y su capacidad para entrelazar distintos periodos musicales desde una humildad absoluta.

Damian Schwartz

Tracklisting
  1. DJ F "Buenos Aires" Frigio
  2. Innerspace Halflife "Plastique Acid" Skudge White
  3. Gunnar Haslam "Anatolia" L.I.E.S.
  4. Erika "Tow Ride" Marcellus Pittman remix Interdimensional Transmissions
  5. D'Marc Cantu "A Second Earth" MOS DEEP
  6. G Strings "The land of dreams"
  7. Howard Thomas "Wicked Witch Bitch"
  8. DXR "Dark Rain" Klakson
  9. Joe Drive "Amnios (Worthy Is Deep Rmx)"
  10. Fred P "Be and not now" Soul People Music
  11. Disco-D "Beat it" Alleviated
  12. Fred P "Reach" AHD
  13. Jovonn "Garage Shelter Tuff kids rmx" Mojuba
  14. Kerri Chandler "The Shelter" Shelter records
  15. Italojohnson 7
  16. Epiphany "Keep on truckin'"
  17. Omar S "Triangulum Australe (Say It In Space)"
  18. Sha-lor "I'm in love"

Músico de formación académica, forjado a través de la batería y el bajo, Schwartz entró en la electrónica como se hacía hasta no hace tanto: a través de una tienda de discos. En una de ellas (cuando todavía había más de una) conoció a Alex Under, que entonces regentaba una sucursal de Tasmaniac en Madrid y a Tadeo, dos exponentes de la electrónica capitalina surgidos también de aquella época. Eran tiempos del boom del minimal techno, y formaron varios sellos (Apnea, CMYK, Ciclical) que decidieron agrupar bajo la plataforma Net 28 (por el código postal de Madrid). “Me empezaron a llamar de fuera sin haber sido residente en España. Aquí no se me conocía tanto. Muchas veces la gente incluso me hablaba en inglés. Quizá también pensaban que era extranjero por mi nombre”, recuerda. La fructífera aventura duró hasta 2009, cuando cada uno decidió seguir por su lado.

Portada del disco de Damián Schwartz.
Portada del disco de Damián Schwartz.

Productor meticuloso, pero alejado del ornamento superfluo y pirotécnico, sus últimas piezas merodean alrededor de un sonido cercano al house que en realidad se construye con los rudimentos del techno. Suena a clásico (gran parte de su equipo es analógico y el ordenador sirve, prácticamente, solo como secuenciador), pero se encuentra muy lejos de ser uno de esos clones del house de Chicago que llenan las cubetas virtuales de las tiendas on line desde hace un par de años. Capaz de leer partitura (sobre todo en clave de fa, dice), la formación musical le ha servido para manejarse con una soltura inaudita en este tipo de productor en los procesos de construcción de armonía y melodía. “Con prueba y error se hacen cosas interesantes, pero si sabes lo que haces quizá puedes llegar un poco lejos o teorizar sobre el propio trabajo”, señala. Una soltura que le permite buscar fuentes de inspiración (incluso ritmos exportables al techno) en el jazz o la bossa nova.

Me empezaron a llamar de fuera sin haber sido residente en España. Aquí no se me conocía tanto. Muchas veces la gente incluso me hablaba en inglés

Para sus últimas producciones ha acuñado nuevo nombre: Epiphany. Una manera de liberar al público de posibles complejos al acercarse a su música. El bautismo le otorga cierta libertad, aunque no acabe de comulgar con esta especie de truco para evolucionar. “Si has tenido éxito en el pasado parece que es mejor que te cambies el nombre a que incorpores las cosas nuevas. Si sigues siendo el mismo, te encasillan. Me podría poner una gorra, abrocharme la camisa hasta el último botón y hacer dubstep; nadie diría nada. Pero lo complicado es el camino a largo plazo”. Un problema que se traslada a la propia escena española. O a la falta de esa escena. “Para que existiese debería haber una conexión y apoyo entre los músicos que no existe. Lo de una escena floreciente me suena chiste. Hay productores buenos, pero no hay una escena”, señala.

En su periplo particular ha creado A Harmless Deed , un cuidado sello en el que ha lanzado ya seis referencias y donde él mismo ha publicado Keep on truckin’, su último EP. “No saco nada de lo que no esté seguro. Son todo trabajos que me parezca que reciben una influencia clara de una época más antigua como el IDM de Warp o el house de Nueva York y Chicago. Sin llegar al rollo retro que hay ahora. Es decir, que no suene exactamente como un disco de Chicago de los ochenta. Pienso en sellos como R&S, donde había una variedad absoluta. Hoy en día todo está muy especializado”.

Este mix, creado exclusivamente con vinilos (excepto el primer tema) y una mesa de mezclas rotativa (DJR400), es una muestra de esa manera de mezclar distintos sonidos y unirlos a través del modo en que están construidos. De un respeto reverencial por las piezas seleccionadas; una humildad artística en las antípodas hoy de esa extendida actitud de creerse más importante que la propia música.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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