María Galiana y Juan Echanove: Humor negro entre madre e hijo
Los actores llevan su duelo sobre las tablas al Teatro Bellas Artes de Madrid, en una historia que sobre todo quieren contar "con verdad"
La relación entre esta madre y este hijo, explica la actriz sevillana María Galiana, “no tiene concesiones”. “Hemos llegado a las últimas consecuencias”, agrega. Conversaciones con mamá, montaje que se estrenó ayer y que estará sobre las tablas del Teatro Bellas Artes de Madrid hasta el 19 de enero bajo la dirección y el protagonismo de Juan Echanove, tiene como punto de partida el giro que Jaime, un hombre de 50 años, experimenta en su vida. La empresa en la que trabaja lo despide por un reajuste y entonces ve peligrar un mundo que desea seguir manteniendo, y al que lo animan fervientemente su mujer y su suegra: chalé con coches con perro con… ¿Cuál es la solución? Jaime (el propio Echanove) trata de convencer a su madre de que se vaya a vivir con él; al vender la casa de su progenitora podrá seguir pagando las facturas. La madre, de 82 años, que persigue una vejez digna y que está acostumbrada a que el hijo cuide de ella por teléfono, se niega.
“Esta es una comedia romántica. Ahora cualquier cosa que tenga como contexto una mínima referencia a lo que estamos viviendo se convierte en algo que trata sobre eso…”, protesta Echanove ante la relación que se puede establecer entre la situación que plantea el montaje y la crisis actual. “Es cierto que está inscrita en esa realidad: mucha gente que ha vivido por encima de sus posibilidades y solo pendientes de una evolución económica…”. Conversaciones con mamá está basada en la película argentina del mismo título de 2004 dirigida y escrita por Santiago Carlos Oves y lleva ya recorrido sobre los escenarios. El montaje tuvo su puesta de largo fuera de la capital en Alicante a principios de mayo. “Donde está el magma es en algo instaurado en la sociedad, los valores de un mundo basado en lo económico y material y que deja de lado las relaciones familiares, los hijos, la independencia de los mayores…”.
Los diálogos entre madre e hijo van desvelando los distintos aspectos de esa relación que los protagonistas ven encuadrada dentro de “humor negro, serio”, dentro de una comedia “conmovedora”. Así, la manipulación en la que incurre Jaime para convencer a su madre de que se debe marchar de su propia casa “cae en esa forma de risa” porque, indica Echanove, “esta no es una función de merengue o empalagosa. El ingenio surge del contraste de pareceres”.
Juan Echanove y María Galiana tenían ganas de trabajar juntos como lo hacen en esta obra, “codo con codo”. En la serie Cuéntame cómo pasó han “convivido” en el trabajo, más que trabajar juntos, explican en una conversación en una de las salitas de la parte trasera del escenario. La sintonía entre los actores se percibe mucho mayor que la que existe entre la madre y el hijo de su obra. Se dedican cumplidos mutuos. Echanove interpreta con ganas el papel y así lo afirma con su voz potente: “He hecho casi durante ocho años consecutivos dramones en los que intentaba manifestar al espectador el lado más oscuro y detestable del ser humano y llevarlo por ese camino… Tenía ganas de que la gente se riera”. Una algo resfriada María Galiana, grande de la pantalla y de los escenarios, asegura que, bajo la dirección de Echanove, ha aprendido muchas cosas. “En mi oficio me faltaba una barbaridad”. La actriz que logró un Goya en 2000 por su interpretación en Solas, destaca su esfuerzo para que la función “tuviera siempre un alto ritmo con soluciones simples, que nunca se vaya a poner monótona o rutinaria”. Juan Echanove debutó como director teatral en Visitando al Sr. Green en 2006.
A Conversaciones con mamá los actores llevan otra ambición: “El reto fundamental es la sinceridad, que todo lo que ocurre fluya y tenga verdad”, apunta Echanove. Y es de esa manera como un intérprete ha de salir siempre al escenario, con una lucha "contra el adocenamiento, contra las actuaciones de cara a la galería”. María Galiana pone un ejemplo muy gráfico: “He visto a actores que engañaban muy bien en la escena y después se iban entre bastidores a escuchar el partido en el transistor… ¡Todos sabíamos eso!”. Incluso otro del que ella sabe algo, pues fue además de alumna profesora de historia. “He tenido maestros que han leído los mismos apuntes amarillentos curso tras curso...”.
Babelia
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