Empatía con el mal rollo
Tras su éxito de la primera, la secuela estaba cantada y su director, James Wan, crea una continuación y precuela a mismo tiempo
A pesar de que su tercio final resultaba algo cargante, tedioso y no demasiado terrorífico, Insidious se convirtió hace dos años en la mejor película del género de la temporada gracias, entre otras cosas, a una eficacísima apoteosis del mal rollo en el que se daban la mano las películas clásicas de fantasmas y casas encantadas, y un cierto toque casi social instalado en la visión continua de un crío enfermo, en coma, rodeado de cables y máquinas médicas. Por si fuera poco, semejante mezcla, no apta para padres primerizos, se hacía acompañar de forma colateral de una sabia utilización del bicho raro como concepto cómplice, casi como guiño cinéfilo para fanáticos, en el que se podían identificar con una imposible pareja de especialistas en espiritismo recién salida de una película de y para cafres sin complejos.
Tras su éxito, la segunda parte estaba cantada y en Insidious: capítulo 2 su director, James Wan, se las arregla para conformar una película que es, al mismo tiempo, secuela inmediata del desenlace de la original, y precuela en una doble vertiente: primera, del personaje del padre, con el que además saca partido al evidente lado oscuro de un intérprete de inquietante atractivo físico como Patrick Wilson; y segunda, del rol de la apacible médium que ayudaba a la familia protagonista. Después del triunfo de la primera entrega, de su siguiente trabajo, Expediente Warren, y sobre todo por haber revolucionado el género con Saw y lo que posteriormente se dio en llamar torture porn, da la impresión de que Wan parece libre de hacer lo que le venga en gana. Así, casi sin tomarse nada en serio, y hace bien, articula una primera media hora donde se produce una elegante estilización de la nada, y una desbocada segunda mitad en la que confusión sexual y travestismo igual sirven para provocar miedo que para provocar la carcajada.
INSIDIOUS: CAPÍTULO 2
Dirección: James Wan.
Intérpretes: Patrick Wilson, Rose Byrne, Barbara Hershey, Lin Shaye, Ty Simpkins.
Género: terror. EE UU, 2013.
Duración: 105 minutos.
Babelia
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